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La ascitis quilosa es la acumulación de linfa rica en lípidos, en la cavidad peritoneal. El líquido de ascitis se caracteriza por aspecto lechoso con concentraciones de triglicéridos > 1 000 mg/100 mL. La causa habitual en adultos es la obstrucción linfática o la fuga causada por cáncer, en especial linfoma. Las causas no malignas incluyen traumatismos posoperatorios, cirrosis, tuberculosis, pancreatitis y filariasis.
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La ascitis pancreática consiste en la acumulación intraperitoneal de cantidades masivas de secreciones pancreáticas por rotura del conducto pancreático o por seudoquiste pancreático. Se observa más a menudo en pacientes con pancreatitis crónica y es una complicación hasta en 3% de los casos de pancreatitis aguda. Como las enzimas pancreáticas no están activadas, a menudo no hay dolor. El líquido de ascitis se caracteriza por una concentración elevada de proteínas (> 2.5 g/100 mL), pero cifras bajas de SAAG. Las concentraciones de amilasa en líquido de ascitis se encuentran por arriba de 1 000 U/L. En los casos no quirúrgicos, el tratamiento inicial consiste en reposo intestinal, nutrición parenteral total (TPN, total parenteral nutrition) y octreótido para disminuir las secreciones pancreáticas. La fuga persistente requiere tratamiento con colocación endoscópica de endoprótesis en el conducto pancreático o drenaje quirúrgico.
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La ascitis biliar es causada más a menudo por complicaciones de la cirugía de vías biliares, biopsia hepática percutánea o traumatismo abdominal. A menos que la bilis está infectada, la ascitis biliar por lo general no causa dolor abdominal, fiebre o leucocitosis. La paracentesis revela líquido de color amarillento con una proporción de bilirrubinas en líquido de ascitis/suero > 1.0. El tratamiento depende de la ubicación y de la tasa de fuga biliar. Las fugas a través del conducto cístico después de colecistectomía pueden tratarse con esfinterotomía endoscópica o con colocación de endoprótesis biliar para facilitar el flujo de bilis a través del esfínter de Oddi. Otras fugas pueden tratarse con drenaje percutáneo por radiología intervencionista o con cierre quirúrgico.