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En una encuesta realizada en 2018, el 4.7% de los adultos estadounidenses informó incontinencia fecal en los 30 días anteriores. Hay cinco requisitos generales para la continencia intestinal: 1) heces sólidas o semisólidas (incluso los adultos jóvenes sanos tienen dificultad para conservar la continencia cuando el contenido rectal es líquido); 2) un reservorio rectal distensible (a medida que el contenido del sigmoide se vacía en el interior del recto, debe expandirse la bóveda para alojarlo); 3) sensación de plenitud rectal (si el paciente no la detecta, puede ocurrir rebosamiento antes de que el enfermo haga lo propio); 4) nervios y músculos pélvicos intactos, y 5) capacidad de llegar al retrete en forma oportuna.
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Muchos pacientes se quejan de incapacidad para controlar flatos o ensuciamiento ligero de la ropa interior que tiende a ocurrir después de las defecaciones o con esfuerzos o tos. Puede deberse a problemas anales locales como hemorroides prolapsadas que dificultan la formación de un sello anal hermético en el esfíner anal interno, en especial si las heces son un poco sueltas. El tratamiento es con complementos de fibra que proporcionen un volumen fecal mayor; se debe eliminar el café y otras bebidas cafeinadas. Debe asearse la piel perianal con una tela húmeda, cubierta con lanolina (toallitas para aseo de recién nacidos) a fin de reducir excoriación e infección. Después del aseo, la aplicación laxa de una torunda de algodón cerca de la abertura anal puede absorber pequeñas cantidades de escape fecal. Las hemorroides prolapsadas pueden tratarse mediante ligadura con banda de caucho o hemorroidectomía quirúrgica. El control de flatos y escapes mejora con los ejercicios perineales de Kegel. Los padecimientos como la proctitis ulcerosa, que causan tenesmo y urgencia, los estados diarreicos crónicos y el síndrome de colon irritable, pueden originar dificultades para conservar la continencia completa, en especial si no se dispone con facilidad de un baño. En pacientes con heces sueltas podría ser útil la loperamida para disminuir la incontinencia por urgencia, y puede tomarse antes de situaciones en las que quizá no se disponga con facilidad de un baño. Algunos ancianos necesitan más tiempo o ayuda para llegar al baño, lo que puede conducir a incontinencia. Es útil programar las visitas al baño y tener un cómodo a la cabecera de la cama. Los ancianos con estreñimiento crónico pueden tener retención fecal que causa incontinencia por “rebosamiento”.
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La pérdida total incontrolable de heces indica un problema grave en la percepción central o la función neuromuscular. La incontinencia que ocurre sin advertencia sugiere pérdida del reconocimiento central (p. ej., demencia, accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple) o lesión de nervios periféricos (como lesión de la médula espinal, síndrome de cola de caballo, daño del nervio pudendo por traumatismo obstétrico o prolapso del piso pélvico, envejecimiento o diabetes mellitus). La incontinencia que ocurre a pesar del reconocimiento y esfuerzos ...