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INTRODUCCIÓN

Las infecciones micóticas del esqueleto por lo general son consecuencia de una infección primaria en otro órgano, con frecuencia los pulmones (cap. 36). Aunque las lesiones esqueléticas tienen predilección por las porciones esponjosas de los huesos largos y los cuerpos vertebrales, la lesión predominante (un granuloma con grados variables de necrosis y formación de absceso) no produce manifestaciones clínicas características.

La diferenciación de otras infecciones focales crónicas depende de los estudios de cultivo del líquido sinovial o de tejidos obtenidos de la lesión local. Las pruebas serológicas proporcionan apoyo para el diagnóstico presuncional.

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Donnelly  JP  et al. Revision and update of the consensus definitions of invasive fungal disease from the European Organization for Research and Treatment of Cancer and the Mycoses Study Group Education and Research Consortium. Clin Infect Dis. 2019 Dec 5. [Epub ahead of print]
[PubMed: 31802125]

1. CANDIDOSIS

La osteomielitis candidósica se desarrolla más a menudo en pacientes debilitados, desnutridos, con hospitalización prolongada por cáncer, neutropenia, traumatismos, procedimientos quirúrgicos abdominales complicados o uso de drogas inyectables. Los catéteres intravenosos infectados a menudo son la vía hematógena. Las articulaciones protésicas también pueden infectarse con Candida.

Para hongos susceptibles del género Candida, el fluconazol, 200 mg por VO cada 12 h puede ser tan eficaz como la anfotericina B (cap. 36).

2. COCCIDIOIDOMICOSIS

La coccidioidomicosis ósea y articular por lo general es ocasionada por infección pulmonar primaria. Las artralgias con hinchazón periarticular, en especial en rodillas y tobillos, ocurren como manifestación inespecífica de coccidioidomicosis sistémica y deben diferenciarse de infección articular u ósea real. Las lesiones óseas ocurren a menudo en el hueso esponjoso de las vértebras cerca de los extremos de los huesos largos al nivel de las inserciones tendinosas. Al inicio, estas lesiones son osteolíticas y por tanto pueden comportarse como tumor metastásico o como mieloma.

El diagnóstico preciso depende de la recuperación de la lesión de Coccidioides immitis o del examen histológico de tejido obtenido por biopsia abierta. La elevación de los títulos de anticuerpos fijadores de complemento también proporciona evidencia de la naturaleza diseminada de la enfermedad.

Los antimicóticos azólicos orales (fluconazol, ketoconazol en dosis de 400 mg/día o bien, itraconazol, 200 mg cada 12 h) son el tratamiento preferido para la coccidioidomicosis ósea y articular. Las infecciones crónicas rara vez se curan con fármacos antimicóticos y pueden requerir la ablación quirúrgica del hueso y tejidos blandos infectados; la amputación puede ser la única solución para infecciones progresivas. La inmovilización de las articulaciones con aparatos de yeso y el evitar apoyar peso proporciona cierto beneficio. La sinovectomía, desbridamiento articular y artrodesis se reservan para las infecciones articulares más graves.

3. HISTOPLASMOSIS

La afección esquelética o articular focales en la histoplasmosis ...

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