El tratamiento inicial consiste en 1 a 2 mg de prednisona/kg/día por VO en fracciones. Las personas con hemólisis autoinmunitaria con resultados negativos o positivos de las pruebas de antiglobulina reaccionan de manera igualmente satisfactoria a los corticoesteroides. Los eritrocitos transfundidos vivirán como ocurre en el caso de los eritrocitos propios del sujeto. Ante la dificultad de realizar pruebas cruzadas a veces se necesita administrar sangre “incompatible”. La decisión de realizar transfusiones debe tomarse en consulta con un hematólogo y un especialista en banco de sangre. En caso de hemólisis rápida el sujeto puede morir por colapso cardiovascular. En pacientes con hemólisis rápida debe realizarse plasmaféresis terapéutica en etapas tempranas del tratamiento para eliminar los autoanticuerpos. Si la prednisona no es efectiva o si la enfermedad recurre al reducir la dosis, debe considerarse la esplenectomía, que puede curar el trastorno. Las personas con anemia hemolítica autoinmunitaria resistente a la prednisona y la esplenectomía pueden ser tratadas con diversos fármacos. En algunos casos es eficaz la administración de rituximab, un anticuerpo monoclonal contra el antígeno CD20 del linfocito B. La dosis sugerida es de 375 mg/m2 por vía endovenosa cada semana durante cuatro semanas. Se utiliza en combinación con corticoesteroides como tratamiento inicial en algunos pacientes con enfermedad grave. En pacientes con infección causada por el virus de hepatitis B (HBV, hepatitis B virus), debe utilizarse rituximab junto con un fármaco profiláctico contra HB por la posibilidad de una reactivación de HBV, hepatitis fulminante y, raras veces, la muerte. El danazol en dosis de 400 a 800 mg/día por VO suele ser menos eficaz que en el caso de la trombocitopenia inmunitaria, pero es un fármaco adecuado para usarlo por largo tiempo, por su perfil de efectos tóxicos escasos. Los inmunodepresores que incluyen ciclofosfamida, vincristina, azatioprina, micofenolato mofetilo, alentuzumab (anticuerpo contra CD52) o la ciclosporina también son otros fármacos que se pueden utilizar. Para controlar la hemólisis pueden ser eficaces dosis altas de globulina inmune intravenosa (1 g/kg de peso diariamente durante dos días). El beneficio dura poco tiempo (una a tres semanas) y el producto es muy caro. El pronóstico a largo plazo del paciente con esta enfermedad es satisfactorio, en particular si no tiene ningún trastorno autoinmunitario o linfoproliferativo de fondo. El tratamiento del trastorno linfoproliferativo acompañante también combatirá la anemia hemolítica.