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ECOGRAFÍA

La ecografía se usa para valorar el tamaño y simetría renales. El tamaño del riñón suele tener entre 9 y 12 cm de longitud en adultos con riñones sanos. Un riñón < 9 cm de longitud en un adulto sugiere (pero no confirma) enfermedad renal significativa e irreversible. Se puede observar una diferencia de tamaño de más de 1.5 cm entre los dos riñones en la enfermedad renal unilateral (p. ej., antecedentes de pielonefritis que causa daño a un riñón). También se realiza ecografía renal para valorar la obstrucción y la hidronefrosis (eFig. 22–2), para definir las características de los cálculos renales y las lesiones tumorales renales, para detectar la enfermedad renal poliquística autosómica dominante (fig. 22–6), para localizar el riñón para un procedimiento invasivo percutáneo y para cuantificar el volumen de orina residual postmiccional vesical. La calidad de la imagen depende del hábito corporal y puede ser inadecuada en individuos obesos.

EFIGURA 22–2.

Hidronefrosis. A: Ecografía con proyección longitudinal de un paciente con hidronefrosis por reflujo crónico. Se observan numerosos espacios dilatados, llenos de líquido (cálices), así como atrofia característica del parénquima del polo superior (flechas). B: Ecografía con proyección longitudinal de un paciente con hidronefrosis moderada a grave. Solo se conserva un borde delgado de parénquima renal (flechas). C: Ecografía con proyección longitudinal de un paciente con obstrucción crónica e hidronefrosis marcada. No queda tejido cortical en este riñón. (Utilizado con autorización de Peter W. Callen, MD.).

TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA (CT)

Puede ser necesaria la CT para identificar mejor las anomalías detectadas por la ecografía. Aunque la CT habitual requiere la administración de medio de contraste radiográfico, no es necesario administrar medio de contraste si el estudio se realiza para identificar la hemorragia renal parenquimatosa o calcificaciones en la sospecha de enfermedad renal por cálculos (nefrolitiasis). La CT helicoidal sin medio de contraste tiene una sensibilidad de 95% y especificidad de 98% para el diagnóstico de nefrolitiasis en pacientes con dolor agudo en el flanco y se considera la prueba preferida para el diagnóstico de nefrolitiasis. Ya que el medio de contraste se filtra por los glomérulos y se concentra en los túbulos, hay reforzamiento del tejido parenquimatoso, lo que hace que las anomalías como quistes o neoplasias se identifiquen fácilmente y permite una buena visualización de los vasos renales y uréteres. La CT es útil en especial para la valoración de lesiones sólidas o quísticas en el riñón o el espacio retroperitoneal, en particular si los resultados de la ecografía son subóptimos.

RESONANCIA MAGNÉTICA

La resonancia magnética (MRI, magnetic resonance imaging) puede distinguir fácilmente la corteza renal de ...

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