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Las enfermedades tubulointerticiales pueden ser agudas o crónicas. La forma aguda suele estar asociada al uso de fármacos, microorganismos infecciosos o cuadros reumatológicos sistémicos. Se observan edema intersticial, infiltración de polimorfonucleares y necrosis de células tubulares (véase antes Lesión aguda renal y el cuadro 22–9). La enfermedad crónica se relaciona con lesiones por un factor agudo o lesiones progresivas sin una causa aguda evidente. Aparecen fibrosis intersticial y atrofia tubular con predominio de células mononucleares. Los trastornos crónicos se describen adelante.
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