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El virus de la leucemia humana de linfocitos T (HTLV-1, human T cell leukemia virus-1), un retrovirus humano, se transmite por amamantamiento, contacto sexual, transfusión sanguínea y agujas contaminadas. La mayoría de los pacientes permanece asintomática, pero después de un periodo de latencia variable (que puede ser hasta de varios años), en algunos casos surge una mielopatía. Los datos de las MRI y los estudios electrofisiológicos y del líquido cefalorraquídeo son similares a los de la esclerosis múltiple, pero existen anticuerpos contra el virus de la leucemia humana de linfocitos T en el suero y el líquido cefalorraquídeo. No se cuenta con un tratamiento específico, pero los corticoesteroides por vía IV o VO son útiles en la fase inflamatoria inicial de la enfermedad. Las medidas profilácticas son importantes. El paciente no debe compartir agujas ni jeringas, donar sangre, semen u otros tejidos y las personas infectadas no deben amamantar a sus hijos, donar sangre, semen u otro tejido. Además, deben utilizar preservativos para evitar la transmisión sexual.