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INTRODUCCIÓN

Los álcalis fuertes son ingredientes frecuentes de algunos compuestos para limpieza doméstica; su presencia puede sospecharse por la textura “jabonosa”. Los compuestos con pH alcalino > 12.0 son en particular corrosivos. Las baterías de disco (o “botón”) son otra fuente de estos compuestos. Los álcalis causan necrosis por licuefacción, que es muy penetrante. Los síntomas incluyen dolor urente en la parte superior del tubo digestivo, náusea, vómito y dificultad para deglutir y respirar. La exploración revela destrucción y edema de la piel, además de mucosas afectadas, y presencia de sangre en vómito y heces. La radiografía puede revelar signos de perforación o la presencia de baterías de disco en el esófago o parte distal del tubo digestivo.

TRATAMIENTO

A. Ingestión

Se debe diluir de inmediato con un vaso de agua. No inducir el vómito. Algunos gastroenterólogos recomiendan la colocación inmediata y cuidadosa de una sonda gástrica fina y flexible y la extracción del contenido gástrico, seguido de lavado estomacal después de que el sujeto ingirió sustancias cáusticas líquidas, para así extraer el material residual. Sin embargo, existen argumentos acerca de la contraindicación del paso de una sonda gástrica debido al riesgo de perforación o reexposición del esófago al material corrosivo del vómito alrededor de la sonda.

En pacientes sintomáticos se recomienda una endoscopia a muy corto plazo, para valorar la extensión del daño; también es útil en esta valoración la CT. Si la radiografía revela baterías de disco ingeridas en el esófago, es obligatoria la extracción inmediata por endoscopia.

El uso de corticoesteroides para prevenir la formación de estenosis no tiene ningún beneficio comprobado y está contraindicado del todo si hay evidencia de perforación esofágica.

B. Contacto cutáneo

Se lava con agua corriente hasta que la piel deje de sentirse jabonosa. Es necesario aliviar el dolor y tratar el choque.

C. Contacto ocular

Se anestesian las superficies conjuntival y corneal con anestésico tópico (p. ej., proparacaína). Se irriga con agua o solución salina de forma continua por 20 a 30 min mientras se mantienen abiertos los párpados. Las soluciones anfotéricas pueden ser más eficaces que el agua o la solución salina y en Europa algunas de ellas están disponibles (Diphotérine, Prevor). Se revisa el pH con un papel de prueba y se repite la irrigación durante periodos adicionales de 30 min hasta que el pH se acerque a 7.0. Hay que identificar daño corneal con fluoresceína y con lámpara de hendidura; se consulta a un oftalmólogo respecto del tratamiento ulterior.

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