+++
BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
++
Síntomas físicos prominentes que pueden afectar uno o más órganos y sistemas, y se acompañan de sufrimiento o discapacidad, o ambos.
Correlación entre la aparición de los síntomas y el estrés psicosocial.
Combinación de patrones biogenéticos y del desarrollo.
++
Cualquier órgano o sistema se puede ver afectado en los trastornos de síntomas somáticos. En el DSM-5 los trastornos de síntomas somáticos abarcan los que estaban clasificados bajo el rubro de trastornos somáticos en el DSM-4, incluido el trastorno de conversión, hipocondriasis, trastorno de somatización y trastorno por dolor secundario a factores psicológicos. La vulnerabilidad de uno o más de estos sistemas y la exposición a miembros de la familia con problemas de somatización tiene una función importante en la aparición de síntomas particulares, y la dicotomía “funcional” contra “orgánica” es un obstáculo para el tratamiento adecuado. Los médicos deben sospechar un trastorno psiquiátrico en varios padecimientos. Por ejemplo, 45% de los pacientes que se quejan de palpitaciones tuvo en algún momento un diagnóstico psiquiátrico que incluía trastornos de ansiedad generalizada, depresión, pánico y somatización. También, se diagnostica trastorno de pánico en 33% a 44% de los pacientes que se someten a angiografía coronaria por dolor torácico, pero que tienen resultados negativos.
++
Siempre que un paciente presente un cuadro clínico que se considere un trastorno de síntomas somáticos, debe tenerse en cuenta la depresión en el diagnóstico.
+++
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
+++
A. Trastorno de conversión (trastorno de síntomas neurológicos funcionales)
++
La “conversión” de un conflicto psíquico en síntomas neurológicos físicos en partes del cuerpo inervadas por el sistema sensitivomotor (p. ej., parálisis, afonía) es un trastorno que suele presentarse junto con el trastorno de pánico o depresión. La manifestación somática que toma el sitio de la ansiedad a menudo es la parálisis, y en algunos casos la disfunción orgánica tiene un significado simbólico (p. ej., la parálisis del brazo en la ira intensa, por lo que el individuo no puede usarlo para golpear a alguien). Las seudoconvulsiones pueden ser difíciles de diferenciar de los estados de intoxicación o de los ataques de pánico, y pueden presentarse en las personas que también sufren convulsiones epilépticas. Si no hay confusión después de la crisis epiléptica, ni el paciente cierra los ojos durante la convulsión y no hay llanto ni una evolución fluctuante, puede pensarse en convulsiones no epilépticas; algunos síntomas como los movimientos asíncrónicos o empujes pélvicos pueden observarse tanto en convulsiones no epilépticas como en convulsiones del lóbulo frontal (véase también el cap. 24). La belle indifférence (actitud de indiferencia) no constituye una característica particular como se pensaba, puesto que las personas incluso con la enfermedad médica genuina algunas veces muestran un alto grado de negación. Es importante identificar los trastornos físicos con cuadros raros (p. ej., esclerosis múltiple, lupus eritematoso sistémico).
++