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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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La dependencia fisiológica se manifiesta por evidencia de abstinencia cuando se interrumpe el consumo.
Tolerancia a los efectos del alcohol.
Evidencia de enfermedades relacionadas con el alcohol, como hepatopatía alcohólica, degeneración cerebelosa.
Continuación del consumo a pesar de las contraindicaciones importantes médicas y sociales, y alteración de la vida.
Deterioro de las actividades sociales y laborales.
Depresión.
Periodos de amnesia.
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Estigmas del consumo de alcohol: aliento alcohólico, facies alcohólica, rubor facial, hiperemia de la esclerótica, temblor, equimosis, neuropatía periférica.
Consumo de alcohol a escondidas.
Ausencias laborales inexplicadas.
Accidentes frecuentes, caídas o lesiones de origen inexplicado; en fumadores quemaduras de cigarrillos en manos o tórax.
Exámenes de laboratorio: alteración de las pruebas de función hepática, del volumen corpuscular medio, ácido úrico en suero y triglicéridos.
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El trastorno por consumo de alcohol es un síndrome que comprende dos fases: vulnerabilidad al alcoholismo y abuso moderado o grave de bebidas alcohólicas. La vulnerabilidad alcohólica es el consumo reiterado de bebidas alcohólicas, a menudo para aplacar la ansiedad o resolver otros problemas emocionales. El trastorno moderado o grave del consumo de alcohol es similar al que surge después del consumo repetitivo de otros sedantes-hipnóticos y se caracteriza por el consumo recurrente de bebidas alcohólicas, a pesar de que se perturban los roles sociales (familia y trabajo), de que surgen problemas legales vinculados con el alcohol y de que se corren riesgos de seguridad personales y se los hace correr a terceros. En Estados Unidos el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism define de manera formal la vulnerabilidad alcohólica como el consumo de más de cuatro copas al día o 14 copas a la semana en el caso de los varones o más de tres copas al día o siete copas a la semana en las mujeres. Los CDC definen una copa como 12 onzas de cerveza, 8 onzas de licor de malta, 5 onzas de vino de mesa y 1.3 onzas o un “trago” de licores con graduación alcohólica de 40 grados. Las personas con vulnerabilidad alcohólica están expuestas a un mayor riesgo de presentar un trastorno por consumo de alcohol o ya lo están desarrollando. El abuso de alcohol como de otras sustancias son los trastornos psiquiátricos con mayor prevalencia a lo largo de la vida. Si bien la proporción entre varones y mujeres en las instituciones terapéuticas para alcoholismo aún es de 4:1, hay evidencias de que las tasas entre ambos sexos se están aproximando. Las mujeres retrasan la búsqueda de ayuda y cuando lo hacen tienden a buscarla en instituciones médicas o de salud mental. Los estudios en personas adoptadas y en gemelos indican cierta influencia genética. Hay diferencias étnicas importantes; por ejemplo, 40% de los japoneses tiene deficiencia de aldehído deshidrogenasa y es más susceptible a los efectos del alcohol. A menudo hay depresión y debe valorarse con cuidado. ...