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El anticuerpo anti-Rho(D) es la causa de la mayoría de los casos de enfermedad hemolítica del recién nacido. Cerca de 15% de los individuos caucásicos y una proporción mucho menor de los de raza negra y asiática son Rho(D) negativos. Cuando una mujer que es Rho(D) negativo tiene un feto Rho(D) positivo, forma anticuerpos contra el Rho(D) cuando los eritrocitos fetales penetran en su circulación durante pequeños episodios hemorrágicos fetomaternos al comienzo del primer trimestre o durante el parto, un aborto, un embarazo ectópico, el desprendimiento prematuro de placenta normoinserta u otros casos de hemorragia antes del parto. Este anticuerpo, una vez producido, permanece en la circulación de la mujer y plantea el riesgo de que fetos posteriores que sean Rh positivos sufran enfermedad hemolítica.
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La inmunización pasiva contra la enfermedad hemolítica del recién nacido se realiza con inmunoglobulina Rho(D), un concentrado purificado de anticuerpos contra el antígeno Rho(D). Esta inmunoglobulina Rho(D) (un frasco de 300 mcg IM) se administra a la madre en las primeras 72 h después del parto (o del aborto inducido o espontáneo, o del embarazo ectópico). Los anticuerpos de la inmunoglobulina destruyen las células fetales Rh positivas de manera que la madre no produce anti-Rho(D). Durante su siguiente embarazo Rh positivo se previene la eritroblastosis. Otra medida de seguridad es la administración sistemática de la inmunoglobulina durante la semana 28 del embarazo a todas las madres Rho(D) negativas. La concentración de anticuerpos pasivos generados es demasiado reducida como para tener algún efecto en el feto Rh positivo. La eliminación materna de la globulina es lenta por lo que la protección persiste durante 12 semanas. Una vez aloinmunizada la paciente, deja de ser útil la inmunoglobulina Rho(D) y es mejor no aplicarla.
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Webb
J
et al. Red blood cell alloimmunization in the pregnant patient. Transfus Med Rev. 2018;32:213.
[PubMed: 30097223]