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El asma es una de las enfermedades que se observan con mayor frecuencia durante el embarazo. En general, cabe esperar que las mujeres con asma leve o moderada culminen en forma satisfactoria su embarazo, pero el asma grave o mal controlada se ha vinculado con diversas complicaciones, como parto prematuro, lactantes pequeños para la edad gestacional y preeclampsia. Es probable que los efectos del embarazo en el asma sean mínimos, ya que se informa que la gravedad de la enfermedad durante el embarazo es similar a la del año anterior a la concepción. Las medidas terapéuticas son similares a las de mujeres no embarazadas. Las pacientes deben educarse acerca del control de los síntomas y la prevención de los desencadenantes del asma. Las pruebas de la función pulmonar permiten realizar una valoración objetiva de esta y ayudan a la paciente a mantener la autovigilancia de la gravedad del asma mediante un medidor de flujo máximo. Al igual que con las mujeres no embarazadas, los algoritmos terapéuticos por lo común están redactados en un esquema gradual, y se consideran inocuos en el embarazo los fármacos más usados, en particular los que se administran para combatir los síntomas de asma leve o moderada. Hay que analizar con la mujer las preocupaciones en cuanto a la teratogenicidad y los efectos farmacológicos en el feto, para que disminuya la tasa de incumplimiento del tratamiento. Los β2 agonistas inhalados están indicados en todos los asmáticos y se agregan corticoesteroides inhalados en dosis pequeñas o moderadas contra síntomas persistentes cuando un inhalador de rescate solo es insuficiente. La administración sistémica de corticoesteroides se reserva para exacerbaciones graves, pero es importante administrarlos si están indicados, sea cual sea la edad gestacional. El cromoglicato, los antagonistas de los receptores de leucotrienos y la teofilina son tratamientos alternativos apropiados si es ineficaz el tratamiento de primera línea. Los objetivos primarios del tratamiento en el embarazo consisten en reducir al mínimo los síntomas y evitar episodios hipóxicos del feto. Es importante evitar la prostaglandina F2a y la ergonovina —medicamentos que con frecuencia se utilizan para tratar la atonía uterina puerperal— porque pueden provocar un broncoespasmo en mujeres con asma.
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Bonham
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