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Las bacterias de género Bartonella causan una gran variedad de síndromes clínicos. La angiomatosis bacilar, una manifestación importante de la bartonelosis, se revisa en el capítulo 31. Se han descrito diversas infecciones atípicas, incluidas retinitis, encefalitis, osteomielitis, bacteriemia persistente y endocarditis (considerar en particular la endocarditis con cultivo negativo).
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La fiebre de las trincheras es una enfermedad febril recurrente de resolución espontánea que es transmitida por piojos y causada por B. quintana. La enfermedad se ha presentado de manera epidémica en tropas y civiles infectados por piojos durante las guerras y de manera endémica en residentes de zonas geográficas dispersas (p. ej., Centroamérica). Se ha descrito un equivalente urbano de la fiebre de las trincheras en indigentes. Los seres humanos adquieren la infección cuando las heces de piojos infectados entran en sitios de solución de continuidad de la piel. Los síntomas comienzan de repente y la fiebre tiene una duración de tres a cinco días con recaídas, pero en otros casos consta de episodios febriles aislados y fiebres prolongadas. El paciente manifiesta debilidad y dolor intenso bajo los ojos y por lo general en el dorso y las extremidades inferiores. Pueden aparecer linfadenopatía, esplenomegalia y un exantema maculopapular transitorio. La infección subclínica es frecuente y se reconoce un estado de portador. El diagnóstico diferencial incluye otros estados febriles que desaparecen solos, como dengue, leptospirosis, paludismo, fiebre recurrente y tifus. Se desconoce el tratamiento óptimo.
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La enfermedad por “arañazo de gato” (o linforreticulosis benigna) es una infección aguda de niños y adultos jóvenes por Bartonella henselae. Se transmite de gatos a seres humanos por una mordedura o rasguño. En unos cuantos días, aparece una pápula o úlcera en el sitio de inoculación en 33% de los casos. Una a tres semanas después surge fiebre, cefalea y malestar general. Los ganglios linfáticos regionales aumentan de volumen, muestran hipersensibilidad y tal vez supuren. La linfadenopatía por “arañazo de gato” simula la originada por neoplasias, tuberculosis, linfogranuloma venéreo y linfadenitis bacteriana. Por lo regular, el diagnóstico se determina de forma clínica. Los cultivos especiales para el género Bartonella, las pruebas serológicas o la biopsia excisional, permiten confirmar el diagnóstico, aunque no son siempre necesarios. La biopsia revela linfadenitis necrosante y no es específica de la enfermedad por “arañazo de gato”, que remite a menudo de manera espontánea y no requiere tratamiento específico. Rara vez hay encefalitis.
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Las formas diseminadas de la enfermedad, angiomatosis bacilar, peliosis hepática y retinitis, son más frecuentes en pacientes inmunocomprometidos, como aquellos en etapas avanzadas de la enfermedad por VIH o los receptores de trasplante de órganos sólidos. Las lesiones son vasculoproliferativas y distinguibles desde el punto de vista histopatológico de aquéllas de la enfermedad por “arañazo de gato”. La fiebre inexplicable en los individuos con etapas tardías de la infección por VIH se debe algunas veces a bartonelosis. Bartonella quintana, microorganismo causal de la fiebre quintana...