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1. TIFUS EPIDÉMICO (TRANSMITIDO POR PIOJOS)
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
Pródromo de cefalea seguida de escalofríos y fiebre.
Cefalea intensa incoercible, postración, fiebre alta persistente.
Exantema macular que se presenta en el cuarto a séptimo días en el tronco y las axilas, con diseminación al resto del cuerpo, pero sin afectar la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies.
El diagnóstico se confirma por los anticuerpos específicos con el uso de fijación de complemento, microaglutinación o inmunofluorescencia.
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El tifus epidémico transmitido por piojos se debe a la infección por Rickettsia prowazekii, un parásito obligado del piojo del cuerpo Pediculus humanus. (Se cree que otros piojos no contribuyen, aunque un informe de 2018 de Turquía sugiere que P. humanus capitus puede transmitir R. prowazekii) (véase el cuadro 32–3). La transmisión se facilita en condiciones de hacinamiento e insalubridad, hambruna, guerra o cualquier circunstancia que predisponga a la infestación importante por piojos. Después de picar a una persona infectada con R. prowazekii, el piojo se infecta y el microorganismo persiste en el intestino del artrópodo, y se excreta en las heces. Cuando el mismo piojo muerde a una persona no infectada, las heces ingresan al torrente sanguíneo cuando la persona se rasca la lesión pruriginosa. Las heces secas e infecciosas del piojo también pueden ingresar a las vías respiratorias. La enfermedad se adquiere por viajes a áreas aisladas con infección (como serían el centro y el noreste de África, América Central y del Sur). Se han señalado brotes en Perú, Burundi, Etiopía, Turquía y Rusia y se asocian a la migración de los pueblos, así como a los campos de refugiados en los que pueden producirse aglomeraciones y falta de higiene. Ante su transmisión por aerosol, se considera que R. prowasekii es un posible producto para bioterrorismo. En Estados Unidos se detectan casos entre personas totalmente indigentes, refugiados y con nula higiene, más a menudo en el invierno.
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