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Las callosidades y callos son ocasionados por la presión y fricción al soportar un peso inadecuado, deformidades ortopédicas, uso de calzado inadecuado o neuropatías.
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Los únicos síntomas son hipersensibilidad a la presión y molestia “después del dolor”. Las áreas circunscritas hiperqueratósicas siempre aparecen en los puntos de presión. Los dermatoglifos (huellas digitales) se conservan sobre la superficie (a diferencia de las verrugas). Cuando la superficie se rasura con una hoja 15, aparece un núcleo cristalino (lo que la distingue de las verrugas plantares, que tienen múltiples puntos hemorrágicos capilares o puntos negros cuando se rasuran).
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El tratamiento consiste en corregir las anormalidades mecánicas que provocan fricción y presión. Las callosidades se eliminan rasurando con cuidado el callo después de haber remojado el área con agua tibia o con algún agente queratolítico que se vende en forma de parches para callos.
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La hiperqueratosis plantar de los talones se trata con urea al 20 % (Ureacin 20) o ácido láctico al 12 % (Amlactin) o alguna combinación durante las noches y limando con piedra pómez después de remojar el área en agua.
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Las callosidades del pie diabético, en especial en caso de neuropatía hiposensible, constituyen un problema mayor y aquí es muy útil el tratamiento podiátrico precoz a fin de evitar complicaciones.
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Arosi
I
et al. Pathogenesis and treatment of callus in the diabetic foot. Curr Diabetes Rev. 2016;12:179.
[PubMed: 26054651]