36-16: Mohos domésticos

BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

Los mohos se presentan a menudo en el hogar, en particular en presencia de humedad y los pacientes más a menudo serán valorados por su enfermedad a causa de mohos. Los problemas de salud bien establecidos debido a los mohos pueden ser considerados en tres categorías: 1) Existe la posibilidad de alergia a las especies de mohos ambientales, las cuales pueden manifestarse de manera típica con síntomas alérgicos como rinitis e irritación ocular. Además, en individuos predispuestos, la exposición a ciertos mohos puede desencadenar asma o ataques de asma. Este tipo de manifestaciones son reversibles con las terapias apropiadas. Los efectos alérgicos más crónicos se pueden observar con trastornos como la aspergilosis broncopulmonar alérgica (véase formas alérgicas de aspergilosis); 2) Los individuos susceptibles pueden desarrollar reacciones de hipersensibilidad tras la exposición a los antígenos del moho; estos incluyen trastornos ocupacionales (p. ej., pulmón de granjero y enfermedad pulmonar del cuidador de palomas) así como neumonitis por hipersensibilidad en respuesta a una gran exposición antigénica. Los pacientes afectados presentan fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos e infiltrados pulmonares. Estas manifestaciones de la enfermedad son transitorias y mejoran con la eliminación del antígeno causante; 3) Enfermedad invasiva del moho (véase aspergilosis invasiva).

En la actualidad, no existen datos que respalden que la exposición al moho pueda inducir una disfunción inmunológica. De manera similar, el concepto de síndrome de moho tóxico o deterioro cognitivo debido a la inhalación de micotoxinas no ha sido validado a pesar del escrutinio de paneles de expertos. La presencia de mohos en el hogar típicamente se identifica con facilidad por la inspección visual o detección de olores desagradables; si está presente, deben corregirse las enfermedades predisponentes por individuos con experiencia en el tratamiento de afecciones por mohos.

Varios laboratorios ofrecen pruebas para la valoración de pacientes con sospechas de tener un trastorno inducido por el moho, como pruebas en los hogares para detectar esporas de moho, medición de «micotoxinas» urinarias y análisis de IgG en suero para detectar mohos. Sin embargo, estas pruebas no deben obtenerse ya que la mayoría no están validadas y no brindan resultados significativos sobre los cuales tomar decisiones terapéuticas.