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Según el National Center for Complementary and Integrative Health, la imaginación guiada es una práctica usada para la curación o mantenimiento de la salud que implica una serie de técnicas de relajación seguidas por la visualización de imágenes detalladas, casi siempre de naturaleza apacible. Como en el caso de las técnicas psicoterapéuticas, las imágenes guiadas pueden aplicarse en diversas formas. Pueden ser directivas, con el terapeuta como proveedor de imágenes específicas, o pueden ser más receptivas, en las que se invita al paciente a encontrar sus propias imágenes. Asimismo, pueden ser de apoyo, con la intención de crear un sentimiento relajado, agradable o positivo (p. ej., de confianza o paciencia) o se puede intentar trabajar de forma directa con un área de reto activo (p. ej., ansiedad o dolor). Si se usa como tratamiento, las personas pueden visualizar su cuerpo libre del problema o trastorno específicos. Las imágenes guiadas pueden conducirse en vivo con un terapeuta y un paciente, en un contexto grupal (menos común) o a través de una grabación sonora.
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Las imágenes se han utilizado a lo largo de la historia y pueden encontrarse en los orígenes de todos los sistemas de curación antiguos todavía vigentes. En la medicina occidental contemporánea, el psiquiatra Carl Jung reconoció la importancia de las imágenes como una expresión del subconsciente y en 1915 desarrolló una técnica psicoterapéutica llamada “imaginación activa”. Con una intención similar de contribuir a la exploración psicoanalítica, el psicoterapeuta francés Robert Desoille, a finales de la década de 1930, creó un método que denominó “soñar despierto en forma dirigida”, y en el decenio de 1950 Hanscarl Leuner introdujo las “imágenes afectivas guiadas”. La investigación médica de las imágenes guiadas comenzó en la década de 1970 y se incrementó en gran medida en la de 1980. En 1989, el médico Martin Rossman y el psicólogo David Bresler fundaron la Academy for Guided Imagery, que comenzó la certificación de los profesionales de la salud. Una aplicación moderna de la imaginación guiada se realiza mediante tecnología y realidad virtual. Un estudio piloto reciente en 34 pacientes con enfermedad de Parkinson encontró que el entrenamiento en una banda sinfín aumentada con realidad virtual (en el que los participantes enfrentaban obstáculos y dificultades de la vida real en un ambiente virtual) generaba una posible mejoría en la función, lo que tal vez refleje una mayor eficiencia cerebral. Otro pequeño estudio piloto en niños con parálisis cerebral en el que se visualizaban a ellos mismos como un avatar, que representaba el movimiento en tiempo real, encontró mejorías clínicas importantes en las mediciones de la marcha.
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El mecanismo de acción de las imágenes guiadas no se conoce bien, pero se han demostrado algunos efectos fisiológicos. Tres de los cinco estudios que revisan los valores del cortisol en relación con las imágenes guiadas encontraron que las ...