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Varios fármacos que poseen una relación estrecha con las sulfonamidas (p. ej., dapsona) se han utilizado con éxito en el tratamiento a largo plazo de la lepra. Con frecuencia, las manifestaciones clínicas de la lepra lepromatosa y tuberculoide pueden suprimirse mediante la extensión del tratamiento por muchos años. Cuando menos 5% a 30% de los microorganismos Mycobacterium leprae son resistentes a la dapsona, de tal modo que se ha postulado el tratamiento combinado inicial con rifampina, dapsona y clofazimina. La dapsona, 100 mg diarios, es un tratamiento efectivo para la neumonía por Pneumocystis leve a moderada en el sida cuando se combina con trimetoprim, 15 mg/kg/día en tres dosis divididas. A una dosis de 50 a 100 mg diarios o 100 mg dos o tres veces por semana representa una profilaxis efectiva para la infección por Pneumocystis jirovecii y, cuando se combina con pirimetamina, 50 mg por semana, también previene la encefalitis por Toxoplasma en los pacientes infectados por el VIH.
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ABSORCIÓN, METABOLISMO Y EXCRECIÓN
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Todas las sulfonas se absorben bien desde el intestino, se distribuyen con amplitud a todos los tejidos y tienden a retenerse en la piel, músculo, hígado y riñón. La piel leprosa contiene 10 veces más fármaco que la piel normal. Las sulfonas se excretan dentro de la bilis y se reabsorben por el intestino, lo que prolonga los valores sanguíneos terapéuticos. La excreción dentro de la orina es variable y el fármaco aparece en la orina bajo la forma predominante de un conjugado de ácido glucurónico.
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DOSIS Y VÍAS DE ADMINISTRACIÓN
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Véase la sección de Lepra del capítulo 33–37 para consultar las recomendaciones.
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Las sulfonas pueden causar cualquiera de los efectos colaterales mencionados antes para las sulfonamidas. Si se considera que las sulfonas pueden experimentar reacciones cruzadas con las sulfonamidas, no deben prescribirse en los pacientes que experimentaron episodios adversos significativos por las sulfonamidas. Son comunes la anorexia, la náusea y el vómito. También pueden provocar hemólisis, metahemoglobinemia o agranulocitosis. Siempre debe determinarse el estado de la G6PD antes de comenzar un tratamiento con dapsona. Si las sulfonas no se toleran, la clofazimina puede sustituirse.
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Urbancic
KF. Dapsone safety in hematology patients: pathways to optimizing
Pneumocystis jirovecii pneumonia prophylaxis in hematology malignancy and transplant recipients. Transpl Infect Dis. 2018;20:e12968.
[PubMed: 30030892]