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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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Dos vías independientes para el desarrollo: VPH o inflamación crónica.
Antecedente de irritación vulvar prolongada con prurito, malestar local o secreción poco sanguinolenta.
Las lesiones tempranas pueden sugerir o incluir trastornos epiteliales no neoplásicos.
Las lesiones tardías aparecen como una tumoración, crecimiento exofítico o zona ulcerada firme en la vulva (eFig. 18–21).
Se necesita biopsia para establecer el diagnóstico.
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La mayor parte de las neoplasias malignas de vulva son lesiones epidermoides que por lo general se presentan en mujeres > 50 años de edad. Las lesiones intraepiteliales escamosas vulvares de bajo grado (LSIL, low grade squamous intraepithelial lesions) son benignas y no necesitan tratamiento. Las lesiones intraepiteliales escamosas vulvares de alto grado (HSIL, high-grade squamous intraepithelial lesions) y la neoplasia epitelial vulvar diferenciada (dVIN, differentiated vulvar intraepithelial neoplasia) son enfermedades premalignas. Las HSIL vulvares (variedad común de VIN) está vinculado con el HPV, mientras que la dVIN está vinculada con dermatosis vulvares, por ejemplo, liquen escleroso. Entre 70 y 90% de las lesiones premalignas corresponde a HSIL vulvar, pero este es precursor solo de 20% de los cánceres vulvares, mientras que la dVIN es precursora de cerca de 80% de los cánceres vulvares. En vista de que un gran porcentaje de HSIL y cánceres vulvares están vinculados con el HPV, la vacuna contra este virus es útil para reducir el riesgo de enfermedades vulvares vinculadas con el HPV.
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DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
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Se deben considerar otras lesiones vulvares. La neoplasia intraepitelial de la vulva puede parecerse al cáncer de la vulva y debe diferenciarse por estudio histopatológico. Deben descartarse trastornos vulvares benignos en el diagnóstico de carcinoma de la vulva, lo que incluye dermatosis vulvar inflamatoria (psoriasis, liquen escleroso, liquen plano), lesiones granulomatosas crónicas (p. ej., linfogranuloma venéreo, sífilis), condilomas, quistes de inclusión epidérmica, hidradenomas o neurofibromas (eFig 18–22). Deben someterse a biopsia el liquen escleroso y otros cambios de leucoplasia relacionados en la piel. La posibilidad de que aparezca un cáncer vulvar superpuesto en una mujer con un trastorno epitelial no neoplásico es de 1% a 5%.
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