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ACTUALIZACIONES CLÍNICAS EN LA ESTENOSIS AÓRTICA
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La cirugía se recomienda en pacientes < 65 años o con una esperanza de vida > 20 años.
El AVR a través de catéter se recomienda en todos los pacientes de más de 80 años.
En pacientes de 65 a 80 años se puede considerar la AVR quirúrgica o a través de catéter.
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
Válvula aórtica bicúspide congénita (por lo general, asintomática hasta la edad madura o en edad avanzada).
Estenosis aórtica calcificada o “degenerativa”; factores de riesgo similares a los de la ateroesclerosis (los síntomas suelen ocurrir en individuos de edad avanzada).
La enfermedad grave se define por la observación de una válvula aórtica inmóvil más un área valvular < 1.0 cm2; la estenosis aórtica grave, pero de gradiente bajo puede reconocerse cuando disminuye el volumen sistólico.
Pulsos carotídeos tardíos y disminuidos.
Desdoblamiento de S2 suave, ausente o paradójico.
Soplo sistólico áspero, en ocasiones con frémito a lo largo del borde esternal izquierdo, que a menudo se irradia al cuello; puede ser más intenso en el vértice cardiaco en pacientes de edad avanzada.
El electrocardiograma por lo general muestra datos de hipertrofia de ventrículo izquierdo; calcificación de la válvula en la radiografía o en la fluoroscopia.
La ecocardiografía/estudio Doppler son diagnósticos.
Suele estar indicada la cirugía para la corrección de los síntomas. Se ha aprobado el procedimiento de sustitución de válvula aórtica a través de catéter (TAVR) para pacientes con estenosis aórtica calcificada.
Las intervenciones apropiadas, incluso en pacientes asintomáticos con estenosis aórtica muy grave (gradiente medio > 55 mmHg) o cuando será sometido a cirugía cardiaca por otras razones (p. ej., injerto de derivación arterial coronaria [CABG, coronary artery bypass grafting]).
El péptido natriurético tipo B (BNP) es un marcador de insuficiencia miocárdica temprana de ventrículo izquierdo y concentraciones elevadas (tres veces el valor normal) sugieren un mal pronóstico y puede ser una indicación para intervención.
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Existen dos escenarios clínicos comunes en los cuales predomina la estenosis aórtica (eFig. 10–33). El primero es por una anomalía congénita de válvula unicúspide o bicúspide en lugar de una válvula tricúspide. Los síntomas pueden ocurrir en individuos jóvenes o adolescentes si la estenosis es grave, pero a menudo inicia a los 50 a 65 años de edad cuando se hacen manifiestas la calcificación y degeneración de la válvula. Una aorta ascendente dilatada por un defecto intrínseco en la capa media de la raíz aórtica y los efectos hemodinámicos del chorro aórtico excéntrico pueden acompañar a una válvula bicúspide en casi 50% de los pacientes. También se observa coartación de aorta en varios pacientes con estenosis aórtica congénita. La descendencia de pacientes con válvula bicúspide tiene una incidencia mucho más elevada de la enfermedad, ya sea en la válvula, en la aorta o en ambas (hasta 30% en algunas series).
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