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La parasitosis por Fasciola hepatica, el parásito del hígado de oveja es el resultado de la ingestión de metacercarias enquistadas en berros u otros vegetales acuáticos. La infección es frecuente en muchos países, en áreas donde se crían ovejas, en especial algunas partes de Sudamérica, el Medio Oriente y el sur de Europa, y es cada vez más reconocida en viajeros a estas zonas. Fasciola gigantica tiene una distribución más restringida en Asia y África y produce manifestaciones similares. Los huevecillos se eliminan en las heces del hospedador hacia el agua dulce, lo cual propicia la infección de los caracoles y luego el depósito de metacercarias en la vegetación. En los seres humanos, las metacercarias se enquistan, penetran el peritoneo, migran por el hígado y maduran en las vías biliares, donde causan necrosis local y formación de abscesos (eFig. 35–18).
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Se observan dos síndromes clínicos relacionados con la migración aguda de los gusanos e infección crónica de las vías biliares. Los síntomas relacionados con la migración de las larvas se presentan seis a 12 semanas después de la ingestión. Las manifestaciones típicas son dolor abdominal, fiebre, malestar, pérdida de peso, urticaria, eosinofilia y leucocitosis. Puede haber hepatomegalia dolorosa y alteración de las pruebas de función hepática. En casos raros, la migración a otros órganos causa enfermedad localizada. Los síntomas de la migración de los gusanos desaparecen después de dos a cuatro meses y van seguidos de parasitosis ...