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La parasitosis con Clonorchis sinensis, la fasciola hepática china, es endémica en algunas áreas de Japón, Corea, China, Taiwán, el sureste de Asia y la parte oriental lejana de Rusia. Se estima que sufren la infección 15 millones de personas (13 millones en China); en algunas comunidades la prevalencia puede alcanzar 80%. La opistorquiosis se origina sobre todo por Opisthorchis felineus (regiones de la antigua Unión Soviética) u Opisthorchis viverrini (Tailandia, Laos, Vietnam). La clonorquiosis y la opistorquiosis son indistinguibles con base en el cuadro clínico. Los huevecillos se diseminan en el agua a partir de heces humanas o animales, infestan a los caracoles y estos liberan cercarias que parasitan a los peces. La parasitosis humana se origina de la ingestión de pescado de agua dulce crudo, apenas cocido o en salmuera que contiene metacercarias. Estos parásitos se desenquistan en el duodeno y ascienden por la vía biliar, donde maduran y permanecen por muchos años, con diseminación de huevecillos en la bilis (eFig. 35–19).
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La mayor parte de los pacientes alojan pocos parásitos y son asintomáticos. Puede haber una enfermedad aguda dos a tres semanas después de la infección inicial, con fiebre, malestar, dolor abdominal, anorexia, hepatomegalia dolorosa, urticaria y eosinofilia. El síndrome agudo es difícil de diagnosticar, ya que es posible que los huevecillos no aparezcan en las heces hasta tres a cuatro semanas después del inicio de los síntomas. En las parasitosis crónicas sustanciales, las manifestaciones incluyen dolor abdominal, anorexia, pérdida de peso y hepatomegalia dolorosa. Las manifestaciones más graves incluyen colangitis bacteriana recurrente y septicemia, colecistitis, absceso hepático y pancreatitis (eFig. 35–20). Se ha documentado un mayor riesgo de colangiocarcinoma.
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