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ACTUALIZACIONES CLÍNICAS EN EL DOLOR PÉLVICO CRÓNICO EN MUJERES
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Un estudio grande, con asignación al azar y grupo testigo de mujeres con dolor pélvico crónico demostró que los efectos secundarios de la gabapentina (mareos, somnolencia y alteraciones visuales) eran comunes, mientras que el control del dolor en el grupo de gabapentina no era mejor que en el grupo de placebo.
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
Dolor no cíclico.
Duración de tres a seis meses o más.
Localizado en la pelvis anatómica, pared abdominal anterior al nivel del ombligo o inferior a él, la región lumbosacra o nalgas.
Se relaciona con discapacidad funcional.
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El dolor pélvico crónico (CPP, chronic pelvic pain) se define como el dolor no cíclico que dura como mínimo tres a seis meses y que se localiza en la región de la cintura pélvica; debe tener intensidad suficiente para ocasionar discapacidad funcional o solicitar atención médica. Este trastorno es frecuente, representa 10% a 20% de las visitas ambulatorias al ginecólogo y se relaciona con deterioro de la calidad de vida, depresión y disfunción sexual. Las pacientes con dolor pélvico crónico también pueden experimentar estrés conyugal, alteración de las relaciones domésticas y decremento de la capacidad laboral.
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El CPP es un síntoma que puede ser consecuencia de trastornos ginecológicos, urológicos, digestivos, osteomusculares o neurológicos. Las anomalías ginecológicas que pueden ocasionar CPP incluyen endometriosis, adhesiones pélvicas, enfermedad inflamatoria pélvica crónica, remanentes ováricos, síndrome de congestión pélvica y adenomiosis. La cistitis intersticial, el síndrome de colon irritable y el síndrome de dolor miofascial se han vinculado con CPP. Pueden considerarse también las causas musculoesqueléticas y neurológicas de la molestia pélvica, incluidos herniación de discos, espondilosis lumbar y atrapamiento de nervios. Es importante no olvidar que algunas mujeres tienen múltiples entidades diagnósticas que contribuyen al dolor. El dolor pélvico crónico también puede diagnosticarse en ausencia de una afección subyacente clara identificable.
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MANIFESTACIONES CLÍNICAS
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Ciertos datos de la anamnesis y la exploración física aportan indicios sobre el diagnóstico subyacente. Debe preguntarse a las pacientes sobre la localización, calidad e intensidad del dolor, así como la relación que tiene con el ciclo menstrual, actividad sexual, micción y defecación. La dismenorrea y dispareunia son frecuentes en mujeres con endometriosis, mientras que la disuria, urgencia urinaria y polaquiuria en presencia de dolor pélvico son características de la cistitis intersticial. Las pacientes con síndrome de intestino irritable refieren a menudo dolor abdominal, distensión y diarrea o estreñimiento. El médico debe interrogar a la paciente acerca de operaciones o traumatismos directos en la columna o la pelvis que podrían sugerir que el dolor tiene origen musculoesquelético. Además, debe realizarse un interrogatorio detallado ginecológico y obstétrico a todas las mujeres.
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Las guías subrayan la importancia de valorar el efecto del dolor pélvico crónico en la calidad de ...