CAPÍTULO 24: Estafilococos

Descripción general

Los miembros del género Staphylococcus (estafilococos) son cocos grampositivos que tienden a organizarse en racimos en forma de uva (figura 24–1). Las infecciones producidas por Staphyloccocus aureus se caracterizan por lesiones purulentas agudas, agresivas y destructivas en el sitio afectado. La más conocida es el furúnculo común, un bulto doloroso en la piel que tiene un centro necrótico y una capa reactiva fibrosa. Las infecciones en órganos distintos de la piel, como los pulmones, riñones o huesos, también son focales y destructivas, pero tienen mayor probabilidad de extenderse dentro del órgano y más allá de la sangre y otros órganos. Estas infecciones suelen producir fiebre alta y toxicidad sistémica, y quizá sean letales en sólo pocos días. Los principales factores de virulencia de estos efectos son las proteínas de unión a la superficie, las proteínas de unión al fibrinógeno y una exotoxina formadora de poros. Un subgrupo (menos de 10%) de infecciones por S. aureus tiene manifestaciones producidas por toxinas secretadas además de las asociadas con la infección primaria. Los síntomas incluyen diarrea, exantema cutáneo, descamación de la piel y efectos en varios órganos, como en el síndrome de choque tóxico estafilocócico (TSS, toxic shock syndrome). Las toxinas superantígenas participan en estas enfermedades. La ingestión de enterotoxina estafilocócica preformada causa una forma de intoxicación alimentaria en la que el vómito comienza en sólo pocas horas. Staphylococcus epidermidis y otras especies no aureus producen una enfermedad menos agresiva, casi siempre asociada con la adherencia mediante biopelículas a dispositivos médicos, como catéteres permanentes, e implantes biomédicos, como válvulas cardiacas y articulaciones artificiales.