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VALORACIÓN DEL RIÑÓN Y LAS VÍAS URINARIAS
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Cuando se sospecha nefropatía, la historia clínica debe incluir lo siguiente:
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Enfermedades agudas o crónicas previas (p. ej., infección de vías urinarias, faringitis, impétigo, endocarditis, infección por derivación, lupus eritematoso sistémico).
Exantemas o dolor y tumefacción en las articulaciones.
Retraso en el crecimiento o falta de crecimiento.
Poliuria, polidipsia, enuresis, polaquiuria o disuria.
Documentación de hematuria, proteinuria u orina descolorida.
Dolor (abdominal, ángulo costovertebral o flanco).
Aumento o pérdida repentinos de peso o edema.
Exposición a drogas o toxinas.
Antecedentes del nacimiento que incluyan estudios ecográficos prenatales, oligohidramnios o polihidramnios, asfixia al nacimiento, características dismórficas y otras anomalías congénitas, masas abdominales, patrones de evacuación y cateterismo de la arteria umbilical.
Antecedentes familiares de nefropatía, hipertensión, hipoacusia, diálisis o trasplante renal.
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Los aspectos importantes de la exploración física incluyen estatura, peso, percentiles del crecimiento, lesiones cutáneas (manchas “café con leche”, en forma de hoja de fresno, púrpura o exantema cutáneo), palidez, edema o deformidades óseas. Las anomalías óticas, oculares o de los genitales externos tal vez se vinculen con alteraciones o enfermedades renales. La presión arterial debe medirse en un entorno tranquilo con un manguito manual de tamaño adecuado en la extremidad superior derecha, de manera idónea con el niño sentado con los pies apoyados en el suelo. El manguito debe cubrir dos tercios de la parte superior del brazo del paciente y se debe valorar los pulsos periféricos. El abdomen ha de palparse y auscultarse, buscando con atención nefromegalia, tumoraciones abdominales, estado de los músculos, ascitis o soplos.
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VALORACIÓN DE LABORATORIO DE LA FUNCIÓN RENAL
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Los indicadores estándar de la función renal son las concentraciones séricas de nitrógeno ureico y creatinina cuya proporción, en condiciones normales, es de alrededor de 10:1. Esa proporción aumenta cuando la perfusión renal o el flujo de orina disminuyen, como en la obstrucción o deshidratación de las vías urinarias. Debido a que las concentraciones séricas de nitrógeno ureico se ven más afectadas por éstos y otros factores (p. ej., ingesta de nitrógeno, catabolismo, uso de corticosteroides) que las de creatinina, el indicador individual más confiable de la función glomerular es el valor sérico de esta última. Los valores normales de creatinina sérica se relacionan con la masa muscular, y su generación suele verse afectada por la edad, sexo, desnutrición, enfermedades crónicas y amputaciones. Al nacer, la creatinina sérica refleja el nivel de ésta en la madre y disminuye durante las primeras 1–2 semanas para alcanzar un valor normal según la edad. La cistatina C sérica, un inhibidor de la cisteína proteasa que es producida por todas las células nucleadas y se libera en la sangre, es un indicador adicional de la función glomerular, y sus concentraciones no se ven afectados por el sexo, la ...