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INTRODUCCIÓN

En el caso de un paciente que se presenta a consulta ambulatoria, con dolor de cadera el diagnóstico diferencial es relativamente reducido; se ha dicho que “Cuando escuches cascos, piensa en caballos, no en cebras“. En otras palabras, es más probable que los cascos que se escuchan provengan de cosas comunes (caballos) que de cosas poco comunes (cebras); esto tiene sentido y es práctico, pero, sólo para estar seguros, en este capítulo se cubren tanto los “caballos” como las “cebras”. Los caballos (afecciones comunes) son la artrosis de la cadera, la bursitis trocantérea mayor y el dolor de cadera, que en realidad es un dolor de columna lumbar irradiado hacia abajo. Estas tres afecciones de la cadera representan más de 90% del dolor de cadera más comunes en la consulta ambulatoria. Los pacientes ocasionales con necrosis avascular (AVN, avascular necrosis) o una forma de pinzamiento femoral-acetabular (FAI, femoral-acetabular impingement), constituyen el otro 10%, que son las cebras.

ARTROSIS DE CADERA

El primer tema del capítulo es la artrosis de la cadera. Como se explicó en el capítulo 1, en ortopedia se considera que la artrosis es una enfermedad de las superficies articulares de la articulación. La figura 3–1 muestra una luxación de la articulación de la cadera, para ilustrar mejor la cabeza del fémur y la cavidad acetabular. En una cadera normal, tanto la superficie de la cabeza femoral como la superficie de la cavidad están cubiertas con una capa de 2 a 4 mm de espesor de cartílago articular insensible y deslizable. La mayoría de los pacientes está familiarizada con este material porque lo ha visto en los extremos de los huesos de pollo (para más detalles, véase el recuadro El milagro del cartílago, en el capítulo 1). En la artrosis, este tejido se desgasta o, en algunos casos, desaparece por completo, lo que deja al descubierto el hueso subyacente. El hueso no es deslizable ni viscoso, sino áspero y abrasivo; tampoco es insensible como el cartílago articular. Tiene una rica inervación y, en consecuencia, es muy sensible y tiene una superficie de apoyo deficiente para una articulación que soporta peso. La figura 3–2 muestra una cabeza femoral artrósica con una gran área de cartílago desgastado y hueso expuesto.

Figura 3–1.

La cabeza femoral y la cavidad de una articulación normal de la cadera.

Figura 3–2.

Fotografía de una cabeza femoral que muestra los cambios típicos de la artrosis. Hay una gran área donde el cartílago articular se ha desgastado para exponer el hueso áspero, abrasivo y sensible debajo de él.

La causa más común de artropatía de cadera es la osteoartritis, en la cual lo que sucede es que el cartílago articular se desgasta con ...

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