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Los barbitúricos se han usado como hipnóticos y sedantes, para inducir la anestesia y para el tratamiento de la epilepsia y el estado epiléptico. Han sido sustituidos en gran medida por fármacos más nuevos y las llamadas a los centros de control de tóxicos han disminuido en forma significativa. Por lo general, se dividen en cuatro grupos principales con base en su actividad farmacológica y su uso clínico: acción ultracorta, acción corta, acción intermedia y acción prolongada (cuadro II–19); y productos combinados que contienen barbitúricos más ácido acetilsalicílico y cafeína o barbitúricos más alcaloides de la belladona. Los productos para eutanasia veterinaria por lo general contienen barbitúricos como pentobarbital.
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I. MECANISMO DE TOXICIDAD
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Todos los barbitúricos causan depresión generalizada de la actividad neuronal en el cerebro. La interacción con un receptor barbitúrico induce el aumento de las corrientes de cloro mediadas por ácido γ-aminobutírico (GABA, gamma-aminobutyric acid) y produce inhibición sináptica. La hipotensión que ocurre con las dosis altas se debe a la depresión del tono simpático central y a la depresión directa de la contractilidad cardiaca.
La farmacocinética varía según el fármaco y el grupo (cuadro II–19 y cuadro II–63).
Los barbitúricos de acción ultracorta son muy liposolubles y penetran con rapidez al cerebro, donde inducen la anestesia, luego se redistribuyen pronto a otros tejidos. Por esta razón, la duración del efecto clínico es mucho más corta que su semivida de eliminación.
Los barbitúricos de acción prolongada, como el fenobarbital se distribuyen de manera más uniforme y tienen semivida de eliminación prolongada, lo que los hace útiles para tratamiento una vez al día de la epilepsia. La primidona se metaboliza hasta fenobarbital y feniletilmalonamida (PEMA); aunque el fenobarbital de acción prolongada genera solo cerca del 25% de los metabolitos, tiene la mayor actividad anticonvulsiva.
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La dosis tóxica de barbitúricos varía mucho y depende del fármaco, la vía y el ritmo de administración, y de la tolerancia del individuo. En general, la toxicidad es probable cuando la dosis supera cinco a 10 veces la dosis hipnótica. Los usuarios crónicos y las personas que abusan de estos fármacos pueden tener una tolerancia llamativa a los efectos depresores.
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La dosis oral potencialmente letal de los fármacos de ...