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Los compuestos organofosforados (OP) y carbamatos, también conocidos como inhibidores de la colinesterasa, son pesticidas de uso muy difundido. Estos agentes, que incluyen miles de sustancias con estructura relacionada, son los causantes de una gran cantidad de intoxicaciones suicidas o accidentales, con la mayor mortalidad (un estimado de 150 000 muertes por año) en zonas rurales de los países en desarrollo.
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Durante la década de 1930, los científicos militares alemanes sintetizaron numerosos compuestos OP, incluidos el paratión y varias armas químicas muy potentes (p. ej., GA [tabún], GB [sarín] y GD [somán]; véase el cuadro II–62). Debido a que estas armas químicas afectan el sistema nervioso autónomo, en ocasiones se denominan “agentes nerviosos”. Los ataques químicos a civiles en Japón (1994 y 1995) y Siria (2013 y 2017) afectaron a miles de civiles urbanos que fueron expuestos al compuesto OP sarín. La intoxicación accidental con inhibidores de la colinesterasa también puede ocurrir por la contaminación de alimentos o bebidas.
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Aunque los carbamatos son menos letales que los agentes OP, se usan con frecuencia como pesticidas, fungicidas, herbicidas, rodenticidas y medicamentos (p. ej., piridostigmina) para tratar trastornos neurológicos como la miastenia grave.
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I. MECANISMO DE TOXICIDAD
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Los compuestos organofosforados inhiben dos enzimas: la acetilcolinesterasa (AChE), situada en las uniones sinápticas y en los eritrocitos, y la butirilcolinesterasa, también conocida como seudocolinesterasa (PChE) o colinesterasa plasmática y que se encuentra en la sangre. Cada una de estas enzimas degrada la acetilcolina.
El bloqueo de la AChE es el efecto con mayor relevancia clínica de los OP y los carbamatos porque esto conduce a la acumulación de cantidades excesivas de acetilcolina en los receptores muscarínicos (encontrados en varias células secretoras colinérgicas), en los receptores nicotínicos (situados en las uniones neuromusculares esqueléticas y ganglios autónomos) y en el SNC.
La inhibición permanente de la AChE (“envejecimiento”) puede producirse cuando se establece un enlace covalente entre el OP y la enzima. La tasa de envejecimiento es muy variable, desde varios minutos hasta días, dependiendo de la vía de exposición y el OP específico. Los compuestos OP dimetilo (p. ej., dimetoato) casi siempre envejecen con más rapidez que los compuestos dietilo (p. ej., clorpirifós), y los compuestos OP lipófilos pueden liberarse a la circulación sistémica desde las reservas adiposas durante muchos días a semanas después de la exposición, lo que prolonga tanto la duración de la toxicidad clínica como la ventana de envejecimiento. El tratamiento con antídoto con una oxima (véase “Pralidoxima”) se considera provechoso solo si se administra antes que se produzca el envejecimiento.
Los carbamatos también inhiben las AChE y dan lugar a la acumulación de acetilcolina, con efectos clínicos agudos similares.
Por lo general, los efectos de los carbamatos en el SNC son menos intensos porque tienen más dificultad para cruzar la barrera hematoencefálica.
Los carbamatos no “envejecen” la enzima AChE y su toxicidad suele ...