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INTRODUCCIÓN

La quinidina, procainamida y la disopiramida son antiarrítmicos tipo Ia. Estos fármacos se usan sobre todo para suprimir arritmias supraventriculares y en ocasiones para tratar arritmias ventriculares. La quinidina también se usa en el tratamiento del paludismo. La disopiramida se usa además en la miocardiopatía hipertrófica obstructiva. Las preparaciones orales de procainamida no están disponibles en Estados Unidos, pero sí en algunos otros países. Los tres fármacos tienen un índice terapéutico bajo y pueden causar una intoxicación letal (cuadro II–56). Véase la descripción de otros antiarrítmicos.

CUADRO II–56.QUINIDINA Y FÁRMACOS ANTIARRÍTMICOS TIPO IA

I. MECANISMO DE TOXICIDAD

  1. Los fármacos tipo Ia deprimen el canal rápido dependiente de sodio, lo que ralentiza la fase cero del potencial de acción cardiaco. En concentraciones elevadas, esto reduce la contractilidad y excitabilidad miocárdicas y causa una ralentización grave de la conducción cardiaca. Los fármacos tipo Ia también inhiben el conducto de potasio de salida, lo que retrasa la repolarización y prolonga el intervalo QT, lo que podría estar relacionado con la taquicardia ventricular polimórfica (taquicardia ventricular polimorfa (en entorchado).

  2. La quinidina y la disopiramida también tienen actividad anticolinérgica; la quinidina tiene actividad bloqueadora en los receptores adrenérgicos α y la procainamida tiene actividad bloqueadora ganglionar y neuromuscular.

II. DOSIS TÓXICA

La ingestión aguda de 1 g de quinidina, 5 g de procainamida o 1 g de disopiramida en un adulto y cualquier ingestión en niños debe considerarse potencialmente letal.

III. PRESENTACIÓN CLÍNICA

Las manifestaciones principales de toxicidad son de los sistemas cardiovascular y nervioso central.

  1. Los efectos cardiotóxicos de los fármacos tipo Ia incluyen bradicardia sinusal; paro del nódulo sinusal o asistolia; prolongación de los intervalos PR, QRS o QT; taquicardia sinusal (causada por efectos anticolinérgicos); taquicardia ventricular polimorfa (en entorchado); y contractilidad miocárdica deprimida, que junto con el bloqueo α-adrenérgico o ganglionar, puede causar hipotensión y en ocasiones edema pulmonar. Los efectos anticolinérgicos pueden generar una respuesta ventricular rápida con desarrollo de fibrilación o aleteo auricular.

  2. Toxicidad del sistema nervioso central. La quinidina y la disopiramida pueden tener efectos anticolinérgicos como xerostomía, midriasis y delirio. Todos los fármacos de tipo Ia pueden causar convulsiones, estado de coma y paro respiratorio.

  3. Otros efectos. La quinidina a menudo causa náusea, vómito y diarrea después de la ingestión aguda; con dosis crónicas ...

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