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La teofilina es una metilxantina que en alguna época se utilizó mucho para el tratamiento del asma. Las administraciones IV de aminofilina, la sal etilenediamina de la teofilina, se usan en ocasiones para tratar el broncoespasmo, insuficiencia cardiaca congestiva y apnea neonatal. La teofilina se prescribe a menudo por VO en preparaciones de liberación sostenida.
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I. MECANISMO DE TOXICIDAD
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Se desconoce el mecanismo de toxicidad exacto. La teofilina es un antagonista de los receptores para adenosina e en altas concentraciones inhibe la fosfodiesterasa, lo que aumenta el monofosfato de adenosina cíclico (cAMP) intracelular. También se sabe que induce la liberación de catecolaminas endógenas en concentraciones terapéuticas.
Farmacocinética. Su absorción puede retrasarse con las preparaciones de liberación sostenida. El volumen de distribución aproximado es de 0.5 L/kg. Su semivida de eliminación normal es de 4 a 6 h, aunque puede duplicarse en caso de enfermedad (p. ej., enfermedad hepática, insuficiencia cardiaca congestiva, gripe) o cuando se usa junto con fármacos (p. ej., eritromicina, cimetidina) que ralentizan su metabolismo hepático, y puede aumentar hasta 20 h después de una sobredosis.
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Una dosis única aguda de 8 a 10 mg/kg puede hacer que la concentración sérica aumente a 15 a 20 mg/L, según su tasa de absorción. La sobredosis VO aguda de > 50 mg/kg puede generar una concentración > 100 mg/L y toxicidad grave.
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III. PRESENTACIÓN CLÍNICA
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Puede haber dos síndromes de intoxicación distintivos, dependiendo de que la exposición sea aguda o crónica.
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La sobredosis aguda única suele ser resultado de un intento de suicidio o ingestión accidental infantil, aunque también puede deberse al mal uso accidental o yatrógeno (sobredosis terapéutica).
Las manifestaciones usuales incluyen vómito (a veces hematemesis), temblor, ansiedad y taquicardia. Los efectos metabólicos incluyen hipopotasemia pronunciada, hipofosfatemia, hiperglucemia y acidosis metabólica.
Con concentraciones séricas > 90 a 100 mg/L son frecuentes la hipotensión, arritmias ventriculares y convulsiones; el estado epiléptico a menudo es resistente a los fármacos anticonvulsivos.
Las convulsiones y otras manifestaciones de toxicidad grave pueden retrasarse 12 a 16 h o más después de la ingestión, en parte debido a la absorción tardía del fármaco en preparaciones de liberación sostenida.
La intoxicación crónica ocurre cuando se administran dosis excesivas en forma repetida durante 24 h o más, o cuando alguna enfermedad intercurrente o un fármaco interactuante interfiere con el metabolismo hepático de la teofilina. Por lo general, las víctimas son lactantes muy pequeños y adultos mayores, en particular los que tienen enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Es posible que haya vómito, pero no es tan frecuente como en la sobredosis aguda. La taquicardia es frecuente, pero la hipotensión es rara. Los efectos metabólicos como la hipopotasemia y la hiperglucemia no ocurren.
Las convulsiones son posibles con concentraciones séricas menores (p. ej., 40 a 60 mg/L) y se han informado con valores de ...