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El carcinoma gástrico (CG) es un problema grave de salud, ya que es la cuarta causa de muerte por cáncer a nivel mundial. Es una neoplasia que se relaciona con factores genéticos y ambientales.
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Los datos clínicos son inespecíficos: dispepsia o dolor abdominal, hemorragia de tracto digestivo (aguda o crónica), obstrucción pilórica (plenitud gástrica precoz) u obstrucción del cardias (disfagia). También pueden presentarse otros signos y síntomas inespecíficos de cáncer, como astenia, anorexia, adinamia y pérdida de peso.
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La única opción curativa es la resección quirúrgica radical, no obstante, solo 30% de los pacientes en México es susceptible de ser intervenido en el momento del diagnóstico. Existen otras opciones de tratamiento, como quimioterapia y radioterapia.
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El CG tiene mal pronóstico en etapas avanzadas, sobre todo en presencia de metástasis ganglionares o metástasis a distancia.
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El CG es una neoplasia maligna de origen epitelial, que se desarrolla en el estómago. Desde el punto de vista histopatológico, se distinguen dos tipos: el intestinal y el difuso. El primero posee una apariencia francamente glandular, mientras que el segundo se caracteriza por la presencia de células que se presentan aisladas o formando aglomeraciones en la capa mucosa o en la muscular.1
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Incidencia, mortalidad y supervivencia
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A través del tiempo, la incidencia del CG muestra una tendencia decreciente en la mayoría de los países del mundo, no obstante, permanece como el quinto tumor maligno que se diagnostica con más frecuencia, después de los cánceres de mama, pulmón, colorrectal y próstata. Se estima que de alrededor de los 19.3 millones de cánceres que ocurren cada año, 1 089 103 corresponden a este tumor.2
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La incidencia de CG también se caracteriza por una amplia dispersión geográfica y predomina en algunos países de América del Sur y Asia. Es más común en varones que en mujeres (razón 1.95), de tal forma que es el cuarto tumor masculino más importante, precedido por los cánceres de pulmón, próstata y colorrectal, y el séptimo entre las mujeres, precedido por los cánceres de mama, colorrectal, pulmón, cervicouterino, tiroides, y del cuerpo del útero (figura 34–1). En este contexto, la tasa de incidencia de CG en México se ubica en un nivel medio alto (figura 34–2).2
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