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ENTERITIS POR RADIACIÓN
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En 1897, dos años después del descubrimiento de los rayos X (RX) por Roentgen, se reportó la primera lesión intestinal producida por radiación.
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Aunque la toxicidad fue factor limitante para emplear la radioterapia durante sus primeros años, los avances en la tecnología permitieron la administración de dosis altas de radiación hacia sitios previamente seleccionados, con lo que fue posible incrementar el empleo y eficacia de esta como terapia contra el cáncer. La enteritis por radiación es un trastorno funcional del intestino grueso y delgado que ocurre durante o después del la aplicación de radioterapia al abdomen, pelvis o recto, ya que el intestino es por lo general muy sensible a la radiación ionizante. Este efecto depende de la dosis, por lo que los efectos secundarios agudos aparecen después de dosis superiores a los 1 000 centigray (cCy).
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Dado que las dosis curativas para ciertos tumores abdominales o pélvicos oscilan entre 5 000 y 7 500 cGy, la probabilidad de desarrollar enteritis se encuentra latente con cada dosis de radioterapia.1,2
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Casi la totalidad de los pacientes sometidos a radioterapia en abdomen, pelvis o recto presentará signos de enteritis aguda. Las lesiones que se consideran clínicamente agudas son evidentes durante el primer curso de radiación y hasta ocho semanas después.3
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La enteritis por radiación tipo crónica puede aparecer entre meses e incluso hasta años después de la exposición y suele representar un continuo con un episodio agudo. Sin embargo, solo entre 5 y 15% de las personas tratadas con radiación al abdomen desarrollará problemas crónicos.
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Existen varios factores que contribuyen a la aparición y gravedad de la enteritis por radiación, entre ellos se citan los siguientes:5
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Dosis y fraccionamiento de la misma
Tamaño y grado del tumor
Volumen del intestino normal expuesto
Presencia de quimioterapia concomitante
Colocación de implantes intraabdominales
Tolerancia de cada paciente.6,7
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ENTERITIS AGUDA POR RADIACIÓN
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En especial, el efecto citotóxico de la radioterapia afecta células de proliferación rápida, células de la mucosa intestinal. Puede observarse necrosis de células de la cripta después de 12 a 24 horas de una dosis diaria de 150 a 300 cGy. En los días y semanas subsecuentes ocurre una pérdida celular progresiva, atrofia vellosa y dilatación quística de la cripta. Los pacientes que sufren enteritis aguda pueden presentar náusea, vómito, cólicos abdominales, tenesmo y diarrea acuosa, con lo que se llegan a afectar las funciones digestivas y de absorción realizadas por el tracto gastrointestinal (TGI) y, a su vez, malabsorción de grasas, mal funcionamiento de lactosa, sales biliares y vitamina B12.
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En el recto pueden aparecer síntomas de proctitis, como secreción mucosa, proctalgia y rectorragia, a consecuencia del daño de las estructuras que conforman esta región anatómica.8
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