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La apendicitis aguda (AA) es la inflamación del apéndice vermiforme que causa una infección transmural, isquemia y necrosis. Constituye la causa principal de dolor abdominal agudo que requiere tratamiento quirúrgico. Aproximadamente 7% de la población en países occidentales presenta esta afección en algún momento de su vida.1,2 Los tres signos y síntomas que predicen con mayor certeza un cuadro de apendicitis son el dolor en el cuadrante inferior derecho, la rigidez abdominal y la migración del dolor de la región periumbilical hacia la fosa iliaca derecha. El tratamiento es quirúrgico, ya sea por abordaje abierto o por laparoscopia; esta última sirve como arma diagnóstica y terapéutica, produce menor dolor posoperatorio y una recuperación más temprana, en cambio en pacientes con apendicitis perforada (AP) las complicaciones infecciosas ocurren hasta en 30% de los casos, siendo la mortalidad en apendicitis aguda no complicada (AANC), por lo que es menor a 0.1%.
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ANTECEDENTES HISTÓRICOS
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La primera descripción del apéndice fue elaborada por Andreas Vesalius, en 1534.3 Jean Fernel, en 1554, fue el primero en describir la perforación y la necrosis de dicho órgano; sin embargo, no fue sino hasta 1886 cuando el término de apendicitis fue acuñado por Reginald Fritz, quien describió por primera vez los signos y síntomas en el cuadro agudo, así como en la perforación secundaria.
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La primera serie de casos tratados en forma quirúrgica de manera temprana fue presentada por McBurney en 1889, en la cual se describía una disminución de la mortalidad aproximadamente de 35% en los pacientes. El avance tanto en técnicas quirúrgicas como anestésicas ha favorecido que en la actualidad la morbimortalidad sea mínima, su vez, el diagnóstico temprano y la intervención quirúrgica, sea mediante laparotomía o laparoscopia, son esenciales para la resolución satisfactoria de esta entidad.
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La AA es la urgencia quirúrgica más común en el mundo, se puede presentar a cualquier edad, no obstante, existe un incremento en la incidencia entre la segunda y tercera década de la vida, asimismo, se presenta con más frecuencia en varones con una relación 1.5:1.2,3
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En los pacientes de edad avanzada la incidencia es menor; no obstante, la morbilidad y mortalidad son significativamente mayores por la falta de diagnóstico oportuno. En pacientes mayores de 80 años la tasa de perforaciones llega a ser hasta de 49% y la mortalidad se ha descrito hasta de 20%. De igual modo, es la patología quirúrgica no obstétrica más frecuente en el embarazo, con riesgo de pérdida fetal de hasta 30%. La mortalidad secundaria a este cuadro varía de 0.07 a 0.7%, alcanzando el 2.4% en cuadros complicados. Cifras provenientes de Estados Unidos indican que se realizan alrededor de 200 mil apendicectomías por año, lo cual se estima en un millón de días de estancia hospitalaria y un gasto de 1.5 billones de ...