++
La obesidad es uno de los grandes retos en salud actualmente. En España, la prevalencia de sobrepeso estimada en adultos es de 39.3% y la de obesidad de 21.6%.1
++
Respecto a México, en la última encuesta nacional (2018), 36.1% de los adultos tenían obesidad (índice de masa corporal [IMC] ≥30 kg/m²), con una prevalencia sustancialmente mayor en mujeres que en hombres (40.2 vs. 30.5%).2 Además, la obesidad central (≥94 cm en hombres o ≥80 cm en mujeres) estuvo presente en 81.6% de todos los adultos (>90% para adultos de 50 a 70 años) y la obesidad mórbida aumentó 96.5% del año 2000 al 2018 (de 1.8 a 3,6%).2
++
Las importantes repercusiones para la salud que implica la obesidad obligan a un abordaje integral que requiere la colaboración y coordinación de médicos de atención primaria, dietistas-nutricionistas, especialistas en ejercicio, psicólogos/psiquiatras, personal de enfermería y, por supuesto, médicos especialistas en endocrinología y nutrición, al menos en España.
++
El presente capítulo tiene como objetivo establecer recomendaciones prácticas y basadas en la evidencia para el tratamiento de la persona adulta con obesidad.
+++
LA OBESIDAD COMO ENFERMEDAD CRÓNICA
++
Antes de abordar el manejo de la obesidad, es importante remarcar el concepto de obesidad como enfermedad crónica, que se asocia a complicaciones que confieren morbilidad y mortalidad. Recientemente, un grupo de expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) elaboró un documento en el que se remarca este concepto, junto con el de la importancia de la adiposidad y la necesidad de una clasificación diagnóstica basada en el acrónimo ABCD, que comprende cuatro dimensiones o códigos:3
++
Refleja la fisiopatología que integra dos categorías mecanísticas: 1) una enfermedad multifactorial, aplicable a la mayoría de las personas y 2) la obesidad que surge a partir de factores reconocidos y específicos: enfermedades genéticas, alteraciones endocrinas, causas iatrogénicas, inmovilización o enfermedades psiquiátricas.
Se refiere al grado de adiposidad, según la clasificación basada en el IMC, con seis categorías.
En relación con el riesgo para la salud, categorizado como bajo, intermedio o alto, se incluyen las complicaciones específicas biomecánicas y cardiovasculares susceptibles de mejoría tras la pérdida de peso.
– Bajo riesgo: abarca a las personas con obesidad, sin complicaciones asociadas.
– Riesgo moderado: incorpora una amplia gama de factores como antecedentes familiares de enfermedad cardiometabólica, tabaquismo, inactividad física o la presencia de alguno de los componentes del síndrome metabólico.
– Alto riesgo: incluye la diabetes mellitus (DM), el síndrome metabólico, la enfermedad cardiovascular, la enfermedad renal crónica, o alteraciones musculoesqueléticas.
Indica el nivel de gravedad de las complicaciones.
+++
ABORDAJE TERAPÉUTICO DE LA OBESIDAD
++
Aunque existen aspectos muy importantes que habría que abordar antes de entrar en el manejo de las personas con obesidad (diagnóstico de la obesidad en consulta no especializada, objetivos de control, valoración en una ...