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La evaluación del paciente con una herida que no cicatriza consta de los siguientes tres componentes: antecedentes subjetivos, antecedentes patológicos y evaluación de la herida. Por lo general, los antecedentes permiten al médico hacer un diagnóstico de la causa de la herida y, si no, al menos indicar lo que debe descartarse. Las historias clínicas completas también orientan acerca del motivo por el que una herida no cicatriza. La evaluación de la herida proporciona datos para obtener resultados y progresos objetivos y medibles, al igual que información referente a cómo comenzar a tratar la herida. Los aspectos más importantes del tratamiento de cualquier herida son atender todas las comorbilidades subyacentes y abordar los problemas potenciales que pudieran impedir la cicatrización de tal herida. Por último, el tratamiento inicial consiste en el desbridamiento adecuado del tejido necrótico y la aplicación de un apósito que garantice la humedad necesaria para que la cicatrización de la herida avance. Los signos y síntomas que sugieren derivar al paciente al médico de atención primaria, a un médico especialista o al servicio de urgencias se enumeran en el cuadro 1–1.
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ANTECEDENTES SUBJETIVOS
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La información pertinente a obtener durante la entrevista subjetiva comprende el origen y la duración de ...