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Las úlceras del pie diabético (DFU, diabetic foot ulcers) por lo general se presentan en las superficies que soportan el peso del pie o los dedos como producto de neuropatía sensorial, anomalías óseas o fuerzas mecánicas repetidas (cizallamiento, fricción o presión directa). Debido a que los pacientes con diabetes a menudo presentan otras comorbilidades, incluida la enfermedad arterial periférica (PAD, peripheral arterial disease), es imperativo distinguir las DFU de otros tipos de heridas para poder diagnosticarlas y tratarlas de manera efectiva. Un examen vascular completo es una parte crítica del manejo de los pacientes con DFU y, si los pulsos pedios están disminuidos o ausentes, se justifica la derivación oportuna a un especialista vascular. Si hay pulsos pedios, las DFU se pueden manejar con cuidados estándar, como se describe a continuación. Sin embargo, incluso en presencia de pulsos pedios palpables, es preciso considerar la derivación a un especialista vascular en los casos en los que una herida no progresa en un periodo determinado, o si el paciente tiene un riesgo alto de amputación.
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Guía clínica. Después de quitar los calcetines al paciente, los pulsos se palpan con el dedo sin guante directamente sobre las arterias pedia dorsal y tibial posterior. Si los pulsos disminuyen y se confirman con un Doppler, no debe olvidarse que un sonido Doppler positivo no equivale a un flujo sanguíneo normal. En este caso, la perfusión se reduce y está indicada la derivación a un especialista vascular para realizar más pruebas.
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Los pacientes con hiperglucemia pueden tener problemas de cicatrización de heridas de orígenes diversos (p. ej., incisiones quirúrgicas, venosas, presión o traumatismos); pese a ello, estas heridas no se denominan heridas diabéticas. Más bien, se clasifican según su etiología, por ejemplo, una úlcera por presión que no cicatriza en un paciente con diabetes. Este aspecto es importante en la codificación para el reembolso por parte de las aseguradoras. Las pautas de la American Diabetes Association para pacientes con diabetes recomiendan que los niveles de hemoglobina A1c sean de 53 mmol/mol o <7%.1 Se sabe que la hiperglucemia impide la cicatrización de heridas por varios mecanismos (cuadro 5–1), así como también aumenta el riesgo de infección; por ende, el control de los niveles de glucosa en sangre es un componente integral del tratamiento de cualquier paciente con diabetes que tenga una úlcera del pie diabético o una herida que no cicatriza.2
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Pista diagnóstica. Las pautas para ayudar a determinar si la infección se debe a un control deficiente de la glucosa o si la hiperglucemia contribuye a la infección son: 1) si la hemoglobina A1c del paciente es normal y los niveles de glucosa en la sangre son altos, la infección ocurrió primero, por lo cual la hiperglucemia es una consecuencia, que además suele ser el primer signo que indica la presencia de infección; 2) si la hemoglobina A1c es elevada, es ...