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En las salas de medicina, urgencias y cirugía de los hospitales generales, cada día se observa el episodio singular que ocasiona de manera aguda un estado confusional en el paciente con estado mental previo íntegro. Aunque aparece a menudo durante una infección febril o en el curso de un trastorno tóxico o metabólico (como la insuficiencia renal o hepática), o bien como efecto de tratamientos farmacológicos, drogas o alcohol, representa siempre graves problemas para el médico, el personal de enfermería y la familia. El médico debe establecer el diagnóstico, muchas veces sin disponer de una historia clínica obtenido de un paciente lúcido, y los programas terapéuticos fracasan debido a la agitación, el insomnio y la incapacidad del individuo para colaborar. El personal de enfermería se ve abrumado por la necesidad de suministrar cuidados satisfactorios y al mismo tiempo conservar una atmósfera tranquila para los otros internos. Es importante apoyar a una familia que tiene a una persona con alteraciones psíquicas, acompañadas de conductas singulares y todo lo que ello significa.
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Estas dificultades se incrementan de manera impresionante cuando el individuo llega al servicio de urgencias por conductas irracionales; es preciso empezar el análisis clínico sin conocer los antecedentes del paciente y las enfermedades médicas subyacentes.
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DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
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La definición de los estados mentales normales y anormales es difícil porque la bibliografía médica y no médica asigna significados distintos a los términos empleados para describirlos. El hecho de que la fisiopatología de los estados confusionales y el delirio aún no se dilucida por completo complica esta adversidad; las definiciones dependen en cierta medida de sus relaciones clínicas y orígenes. La siguiente nomenclatura resulta útil para los autores y se emplea en los siguientes capítulos y se usa en el capítulo 16, Coma y trastornos relacionados con el estado de consciencia.
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Confusión es un término general que indica la incapacidad del paciente para pensar con la rapidez, la claridad y la coherencia ordinarias. Sus atributos más sobresalientes son trastorno de la atención y la concentración, desorientación (que puede manifestarse o demostrarse solo por anamnesis directa), una incapacidad para registrar de manera apropiada los sucesos inmediatos y recordarlos más adelante, una menor cantidad y calidad de toda la actividad mental, incluida la ideación interior constante habitual, y algunas veces por la aparente ofuscación (ya que a menudo existe una falta de conciencia sobre la propia confusión). Se observa que las ideas, el habla y la realización de actos orientados a objetivos están menos afectados, pero son inconstantes o cesan de forma repentina por la intrusión de ideas impertinentes, o la persona se distrae con el más mínimo estímulo externo. Otro aspecto variable es la percepción reducida con ilusiones visuales y auditivas e incluso alucinaciones. Este puede considerarse un estado confusional general.
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Estas alteraciones psíquicas pueden surgir en diversos contextos. Las publicaciones médicas y psiquiátricas ...