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INTRODUCCIÓN

Las enfermedades metabólicas óseas incluyen trastornos esqueléticos relacionados con anomalías de las reacciones bioquímicas anabólicas y catabólicas del organismo. Son un grupo diverso de enfermedades que afectan a la masa ósea, el recambio óseo, la homeostasis mineral ósea o el crecimiento óseo. Las causas pueden ser genéticas, nutricionales o adquiridas. Dichos trastornos óseos metabólicos incluyen, entre otros, las disfunciones endocrinas, la enfermedad de Paget y la osteoporosis. El objetivo de este capítulo es revisar varias de las enfermedades óseas metabólicas más comunes haciendo énfasis en sus características de imagen y el diagnóstico diferencial.

HIPERPARATIROIDISMO

La hormona paratiroidea (PTH) está íntimamente implicada en la homeostasis del calcio. La PTH no solo regula la liberación de calcio del hueso a través de sus efectos combinados sobre los osteoblastos y los osteoclastos, sino que también estimula la remodelación ósea. Los estados hiperparatiroideos, que reflejan concentraciones circulantes excesivas de PTH, se dividen tradicionalmente en tres tipos: primarios, secundarios y terciarios. El hiperparatiroidismo primario se caracteriza por la producción excesiva de PTH por una o más de las glándulas paratiroides, con mayor frecuencia un adenoma solitario hiperfuncionante (hasta en 80% de los casos). El hiperparatiroidismo primario puede ser causado en raras ocasiones por un carcinoma paratiroideo (< 1%).1 Otras causas de hiperparatiroidismo primario son la hiperplasia difusa de la glándula paratiroides y los adenomas hiperfuncionantes múltiples. El hiperparatiroidismo secundario es el resultado de una hipocalcemia prolongada, como en los casos de insuficiencia renal crónica o de malabsorción intestinal. El hiperparatiroidismo terciario puede ser el resultado de un hiperparatiroidismo secundario de larga duración, con el desarrollo de una actividad autónoma debido a hiperplasia paratiroidea y la pérdida de la respuesta de las glándulas a las concentraciones séricas de calcio. El hiperparatiroidismo secundario es más frecuente que el primario.2

El hiperparatiroidismo se caracteriza por un aumento de la proporción entre osteoclastos y osteoblastos. Dado que los osteoclastos no expresan un receptor de PTH, los efectos esqueléticos del hiperparatiroidismo están mediados a través de los osteoblastos que se comunican con los osteoclastos.3 Las manifestaciones esqueléticas del hiperparatiroidismo son variadas e incluyen osteítis fibrosa (sustitución del tejido fibroso vascular), osteítis fibrosa quística (coalescencia para formar quistes), quistes, tumores pardos, adelgazamiento de la cortical, trabéculas distorsionadas, infarto y fractura.

Datos en los estudios de imagen

La anomalía ósea radiográfica más común en pacientes con hiperparatiroidismo, independientemente de la causa, es la reabsorción ósea. Los hallazgos esqueléticos más frecuentes del hiperparatiroidismo se reconocen en 95% de los pacientes.4 El tipo más característico de reabsorción ósea asociada al hiperparatiroidismo es la subperióstica (fig. 8–1), aunque pueden observarse reabsorciones intracorticales, del endostio, subcondrales, subepifisarias, subligamentosas y subtendinosas. Otros hallazgos óseos pueden incluir tumores pardos y osteoesclerosis. Existe una asociación del hiperparatiroidismo primario con la enfermedad por depósito de cristales de pirofosfato cálcico dihidratado (CPPD) y, en raras ocasiones, con ...

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