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En los últimos años, la resonancia magnética (MRI, magnetic resonance imaging) se ha convertido en una modalidad muy importante para diagnosticar enfermedades de la muñeca y la mano, como la artrosis, artritis reumatoide (RA, rheumatoid arthritis), las fracturas ocultas, necrosis avascular (AVN, avascular necrosis), las lesiones ligamentosas y tendinosas, el síndrome de impactación y el síndrome de atrapamiento nervioso.1,2 La resonancia magnética es una herramienta de diagnóstico por imagen no invasiva y sin radiación, que puede proporcionar imágenes de alta resolución de los tejidos blandos. Para obtener imágenes de resonancia magnética adecuadas de la muñeca se necesitan cortes finos y contiguos porque incluso los ligamentos más grandes de la muñeca no tienen más de 1 a 2 mm de grosor.3 Las nuevas técnicas de resonancia magnética, como las adquisiciones de imágenes tridimensionales en campos magnéticos más altos, mejoran la relación señal/ruido y la visualización de las estructuras de la muñeca en detalle con un tiempo de exploración más corto.4
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El radio y el cúbito distales se articulan con la fila proximal de los huesos carpianos formada por el escafoides, el semilunar y el piramidal. El hueso pisiforme, un hueso sesamoideo, también se encuentra en la fila proximal del carpo y se articula únicamente con el hueso piramidal. La fila carpiana distal contiene el trapecio, el trapezoide, el hueso grande y el hueso ganchoso, que se articulan con la base de los huesos metacarpianos y del carpo de la fila proximal (fig. 16–1). La combinación de ligamentos intrínsecos y extrínsecos estabiliza la muñeca. Los ligamentos intrínsecos de la muñeca se encuentran en su totalidad dentro del carpo. Los ligamentos extrínsecos de la muñeca tienen una inserción en el carpo y salen de él. Los ligamentos más fuertes de la muñeca son los ligamentos extrínsecos palmares, después los intrínsecos, incluidos los ligamentos escafosemilunar (SL, scapholunate) y semilunopiramidal (LT, lunotriquetral) y los más débiles son los ligamentos extrínsecos dorsales. Entre estos ligamentos, los escafosemilunar y semilunopiramidal son más importantes en la práctica diaria, ya que son vulnerables al desgaste. El ligamento escafosemilunar tiene forma de U y el ligamento semilunopiramidal tiene forma de V en el plano sagital (fig. 16–2).5,6,7
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