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Preguntas de evaluación inicial
¿Cuáles son los huéspedes intermediarios de Dipylidium caninum?
¿Cuál es la fase infectiva para el humano?
¿Cómo se diagnostica la infección?
¿Qué antiparasitario se emplea contra la infección?
De acuerdo con la edad, ¿qué población humana es la más afectada?
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La dipylidiasis o dipylidiasis es una enfermedad parasitaria de importancia médica humana y veterinaria por ser considerada una zoonosis. Es producida por el cestodo Dipylidium caninum (D. caninum) clasificada así en 1758 por Carlos Linneo porque afecta sobre todo a los perros. También se le conoce como Taenia cucumerina (T. cucumerina) o Taenia del perro. Sin embargo, no es la única especie afectada, también los gatos al igual que otras especies como zorros, hienas y chacales son huéspedes definitivos, asimismo, y de forma importante, los humanos, en los cuales es capaz de desarrollarse la forma adulta de la Taenia.
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La dipylidiasis es de distribución mundial y se presenta sobre todo en sitios donde los animales domésticos están representados principalmente por perros y gatos. Se acentúa por la presencia de diferentes factores, tales como carencia de servicios básicos, hacinamiento, higiene deficiente, contacto estrecho con las mascotas, ausencia de vigilancia y atención veterinaria y presencia de ectoparásitos. La cercanía del humano con estas mascotas se ha incrementado y los países desarrollados ya reportan un mayor número de casos. Las personas pueden infestarse al besar al perro o el gato o al ser lamidos en la cara por estos, asimismo cuando los niños introducen sus dedos o manos contaminadas en la boca y consumen de forma accidental al hospedero intermediario (pulgas o piojos), la importancia de esta zoonosis radica en que sus reservorios naturales son las mascotas.
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Pese a su distribución mundial, cabe destacar que es mucho más compleja en países en vías de desarrollo como los latinoamericanos, puesto que en estos es común que los perros y gatos deambulen libremente por las zonas marginadas de las ciudades, áreas donde socializan y se reproducen sin control alguno. Además, defecan al aire libre en cualquier zona, no se someten a ningún tipo de aseo ni régimen de desparasitación y lo más común es verlos en busca de alimentos en sitios insalubres donde las condiciones son adecuadas para el desarrollo de pulgas. Por ello, es probable que sea más común que la infestación se presente en perros adultos. Estas condiciones son ideales para preservar el ciclo de vida de D. caninum. En México, la incidencia es contradictoria, por un lado se reportan datos de 44.9 y 60% en autopsias en perros aparentemente sanos, mientras que otros estudios realizados en la Ciudad de México mencionan que, de un total de 260 perros en estudio, seis resultaron seropositivos al parásito. Otros estudios realizados en la ciudad de Mérida, estado de Yucatán, para buscar helmintos intestinales a la necropsia de perros callejeros, mostraron ...