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INTRODUCCIÓN

El cáncer es un grupo de enfermedades caracterizadas por alteraciones genéticas y epigenéticas que en conjunto conforman el genoma tumoral. Dichas alteraciones son heredadas de una célula a la generación subsecuente, las cuales pueden adquirir nuevas mutaciones, es por esto que se considera como una enfermedad genética. Estas mutaciones ejercen su efecto mediante la activación de los oncogenes y/o la inactivación de genes supresores de tumor. Alteraciones que suelen ser eventos somáticos, aunque las mutaciones de la línea germinal pueden predisponer a una persona al cáncer hereditario o familiar.

La idea de que el cáncer es una enfermedad genética de las células somáticas fue propuesta por Theodor Boveri en 1914, basándose en evidencias previas realizadas por David Hansemann quien demostró la existencia de aberraciones durante la mitosis. Boveri incluso sugirió que los cromosomas anormales podrían desencadenar graves consecuencias, anticipando así la era contemporánea de los genes supresores de tumores y los oncogenes.

En cáncer, uno de los primeros términos aplicados fue el de “mutación somática”, el cual fue descrito por Ernest Tyzzer; esta idea fue apoyada por Hermann J. Muller, cuando reportó que la radiación ionizante originaba mutaciones en el ADN.1 Después se demostró que la alta incidencia de cáncer de piel en pacientes con xeroderma pigmentoso era una consecuencia de “mutaciones somáticas” inducidas por la luz ultravioleta. Conjuntamente se expresó que la carcinogénesis química encajaba en el concepto de “mutación”, debido a que diferentes tipos de sustancias químicas iniciaban una mutación y en consecuencia generaban un cambio irreversible que favorecía la cinética del crecimiento celular. Aunque se encontró que algunos carcinógenos químicos eran mutagénicos, se observó que otros no lo eran; esta discrepancia se resolvió cuando Berenblum et al. descubrieron que los iniciadores no mutagénicos podían convertirse en mutagénicos por la acción metabólica.2 Lo anterior hizo pensar que el cáncer es iniciado por mutaciones somáticas que pueden ser inducidas o espontáneas. Actualmente se sabe que el cáncer es un proceso gradual de alteraciones secuenciales en varios o muchos oncogenes, genes supresores de tumores o micro ARN (miARN) en los neoplásicos, por lo que más de un evento es necesario para el desarrollo de esta enfermedad.

ONCOGENES

Las primeras evidencias sobre el potencial cancerígeno de unos cuantos genes se observaron cuando algunas enfermedades eran causadas por retrovirus. Los retrovirus infectan, se multiplican y se perpetúan dentro de las células hospederas al insertar su genoma en los cromosomas celulares, trayendo como consecuencia la expresión inadecuada de genes celulares y originando así la transformación maligna de la célula hospedera. El primer ejemplo de ello fue el virus del sarcoma de Rous, el cual generaba mutaciones en un solo gen que conducían al desarrollo de sarcomas en aves. Stehelin et al. en 1976 reportaron la homología del oncogén viral del sarcoma de Rous con el oncogén celular Src. Desde entonces, varios oncogenes han sido descubiertos (cuadro 5–1...

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