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EL PAPEL DEL PATÓLOGO EN LA ONCOLOGÍA

La buena práctica de la oncología requiere de un enfoque multidisciplinario que involucra como mínimo al cirujano, patólogo, oncólogo médico y radiólogo. Dentro de este equipo, el patólogo tiene una gran responsabilidad, pues un diagnóstico correcto y con un informe patológico completo que incluya los parámetros necesarios para permitir tomar una decisión terapéutica es fundamental y la base para una buena práctica oncológica. Además, el estándar de referencia actual para el diagnóstico de las neoplasias es el examen histopatológico. Entonces, la tarea del patólogo es proveer un diagnóstico adecuado, preciso y suficiente para que el equipo multidisciplinario tome decisiones terapéuticas en pro del beneficio del paciente.

Un informe patológico debe contener, además del diagnóstico en sí, el tipo de neoplasia, su diferenciación, grado histológico, nivel de invasión, tamaño, el número de ganglios con y sin metástasis, extensión extraganglionar, invasión vascular, perineural, invasión a órganos adyacentes, proliferación celular (mitosis o índice de proliferación ki-67) y la presencia o ausencia de mutaciones y/o biomarcadores. Todos estos datos pueden ser relevantes para el tratamiento y pronóstico del paciente y cada neoplasia en particular tiene factores pronósticos y predictivos únicos que el patólogo debe conocer y saber informar. Para este fin existen guías de reporte elaboradas por colegios, sociedades y asociaciones médicas de la especialidad que son actualizadas periódicamente. La herramienta más utilizada por los patólogos en su práctica profesional son los protocolos de reporte del College of American Pathologists.1

Es también importante enfatizar que en todo diagnóstico oncológico de un espécimen quirúrgico, el patólogo debe establecer la estadificación patológica basada en el sistema TNM en su más reciente actualización, dado que los colegas no patólogos no poseen el conocimiento histológico y anatomopatológico apropiados para tal fin.

La mayoría de las veces, el estudio histopatológico más básico con hematoxilina y eosina permite clasificar la neoplasia, definir su estadio patológico y con esto anticipar cuál será su conducta biológica y evolución clínica. Si bien, con estos datos es posible determinar el pronóstico y planear un tratamiento, esta información debe evaluarse junto con otros factores predictivos que requieren procedimientos especializados como son la inmunohistoquímica, inmunofluorescencia, microscopia electrónica (ME) y técnicas de biología molecular.2

NOMENCLATURA DE LAS NEOPLASIAS

En general, las neoplasias se clasifican según su potencial metastásico en neoplasias benignas cuando carecen de dicho potencial y malignas cuando muestran capacidad de invasión a estructuras adyacentes y diseminación a órganos distantes. La nomenclatura de las mismas se basa en la semejanza que tienen con los tejidos maduros, dado que se postula que las neoplasias se derivan de células primitivas multipotenciales con capacidad para diferenciarse de cualquier tipo celular, pero en general las neoplasias tienden a semejarse a los tejidos normales del sitio de origen.3

Tumores benignos

La nomenclatura de las neoplasias tiene reglas ...

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