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El avance más importante del siglo XX en cirugía fue el abordaje por mínima invasión. En 1910, Hans Christian Jacobeus introdujo un cistoscopio al tórax y cavidad abdominal en humanos y acuñó el término “laparoscopia”, empezando así el desarrollo de esta. En la década de 1960 con la fibra óptica y nuevos sistemas ópticos se mejoró la calidad de imagen con mayor nitidez. El Dr. Kurt Semm desarrolló instrumentos para este abordaje, entre ellos, el insuflador de CO2, múltiples pinzas, cajas de entrenamiento y comenzó a utilizar este abordaje para procedimientos ginecológicos, por ello se considera el padre de la cirugía endoscópica. A finales del siglo XX, ya con un alto volumen de pacientes tratados por mínima invasión, se observó que los principales beneficios son: menor sangrado transoperatorio, menor dolor y complicaciones pulmonares, recuperación temprana de la función intestinal, menor tasa de infección en el sitio quirúrgico y reducción en la estancia hospitalaria. Sin embargo, este enfoque para el cáncer tuvo retraso debido a la idea de que el mejor control oncológico se lograba a través de grandes incisiones y que existía alto riesgo de sembrar un tumor en los puertos o siembra tumoral abdominal por el neumoperitoneo, conceptos que han sido desmentidos con la experiencia ganada donde ahora observamos los beneficios de este abordaje con un control oncológico similar al de la cirugía abierta, pero toma gran relevancia la cuidadosa selección del paciente ya que tumores voluminosos o en etapas avanzadas incrementan el riesgo de recurrencias peritoneales o no logran la resección completa. A continuación se presentan los avances más relevantes de la cirugía mínimamente invasiva en diferentes áreas de la oncología.1
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TUMORES GASTROINTESTINALES
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A pesar del retraso que tuvo este abordaje en oncología, en 1971 Devita et al. reportaron 38 laparoscopias diagnósticas en pacientes con enfermedad de Hodgkin para estadificar antes de iniciar radioterapia (RT).2 En 1978, Cuschieri et al.3 reportaron 23 laparoscopias en pacientes sospechosos de cáncer de páncreas y mostraron la posibilidad de obtener tejido para histopatología y evitar laparotomías innecesarias en metastásicos. En 1993, se agregó la evaluación ultrasonográfica laparoscópica en carcinoma hepatocelular, tumores en vías biliares y carcinoma pancreáticos. De esta manera mejoró la estadificación y se evitaron laparotomías entre 5 y 55%.4
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En el cáncer colorrectal la mínima invasión ha tenido grandes avances; el primer estudio multicéntrico que comparó la cirugía abierta vs. laparoscópica reportó que el abordaje laparoscópico tomó más tiempo quirúrgico (150 vs. 95 minutos), pero usó menos analgésicos y redujo la estancia hospitalaria sin observar diferencias en la cosecha ganglionar o en los márgenes quirúrgicos, asimismo, las complicaciones intra o posoperatorias y el reingreso fueron similares. En el seguimiento a largo plazo, el periodo libre de enfermedad (PLE) y la supervivencia no tuvieron diferencias entre los abordajes.5 Otro estudio mostró un incremento en el margen circunferencial positivo (MCP) en la resección anterior baja laparoscópica, pero ...