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INTRODUCCIÓN AL CAPÍTULO

Las enfermedades psiquiátricas se acompañan a menudo de afección cutánea. Los trastornos cutáneos psicofisiológicos son resultado de la precipitación o exacerbación de un trastorno cutáneo secundario al estrés psicosocial.1 Son en particular frecuentes en el acné, lupus eritematoso, psoriasis, efluvio telógeno y muchos otros padecimientos dermatológicos.1,2,3 Este capítulo se enfoca en los trastornos cutáneos psiquiátricos primarios, incluidos infestación delirante, dermatitis artificial y trastornos obsesivos-compulsivos que afectan a la piel, en los cuales una enfermedad psiquiátrica tiene como efecto hallazgos cutáneos autoinducidos. Por el contrario, los trastornos psiquiátricos secundarios de la piel son enfermedades cutáneas primarias que causan estrés, ansiedad o depresión.

DELIRIO DE INFESTACIÓN

Introducción

El delio DE infestación describe la creencia firme y falsa de que existe una infestación mucocutánea con parásitos, partículas, fibras u otros materiales, vivientes o no vivientes.4 Los pacientes no tienen otros delirios, pero a menudo sufren otra enfermedad psiquiátrica concomitante, como ansiedad, depresión o consumo de sustancias.5 Su prevalencia aproximada es de 80 por millón en el entorno extrahospitalario.5 El delirio de parasitosis (parasitosis delirante) se refiere de manera específica al delirio de una infestación de parásitos vivos, con frecuencia artrópodos o gusanos. La enfermedad de Morgellons es una variante de la infestación delirante atribuida a fibras o partículas inanimadas.

Presentación clínica

Anamnesis y exploración física

Estos pacientes sienten con frecuencia que algo se arrastra, muerde o pica la piel. Muchas veces aseguran ver parásitos, partículas o fibras y suelen llevar a la consulta muestras que han recolectado para su valoración clínica (signo del espécimen) (fig. 29–1). Por definición, estos pacientes son poco perspicaces y rechazan otras explicaciones para sus síntomas. Las excoriaciones producidas al tratar de arrancarse el material provocan erosiones, úlceras (fig. 29–2), prurigo nodular, liquenificación, alopecia e infección secundaria.

Figura 29–1.

Parasitosis delirante. Fibras de ropa, partículas de alimentos, semillas negras, polvo y residuos de la piel que el paciente refiere como “bichos” (signo del espécimen).

Figura 29–2.

Parasitosis delirante. Excoriaciones múltiples por intentos de arrancamiento que causan erosiones y úlceras superficiales.

Son frecuentes el autoaislamiento y el temor a la contaminación de los miembros de la familia o los amigos, pero entre 8% y 12% tiene delirios compartidos con un contacto cercano.5 Muchos pacientes refieren diversos esquemas de antiparasitarios tópicos y sistémicos, uso repetido de exterminadores caseros o cambios frecuentes de casa para escapar a las infestaciones recurrentes.

Datos de laboratorio

No se identifican por lo general anomalías en los resultados de los análisis.

Diagnóstico

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