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La cara es el área del cuerpo más expuesta a la luz solar y por tanto, con mayor riesgo de dermatosis causadas por la luz ultravioleta (UV) (fotodermatosis), fotoenvejecimiento y cánceres cutáneos. La cara también tiene la mayor densidad de glándulas sebáceas, lo que predispone a esta zona a trastornos como el acné, rosácea y dermatitis seborreica. La inflamación alrededor de los folículos pilosos puede causar enfermedades cutáneas como la foliculitis y la seudofoliculitis de la barba. Además, las enfermedades dermatológicas que afectan las mucosas casi siempre afectarán los ojos, nariz y boca. Ya que la cara es crítica para la comunicación no verbal y las interacciones sociales, las enfermedades cutáneas que afectan esta área pueden causar un sufrimiento emocional intenso.
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ESTRATEGIA PARA EL DIAGNÓSTICO
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Las enfermedades cutáneas que afectan la cara pueden asignarse a las siguientes categorías, comenzando con las enfermedades más frecuentes (cuadro 36–1):
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