Skip to Main Content

INTRODUCCIÓN

La piel es un órgano muy expuesto a todo agente externo: bacterias, virus, parásitos u hongos, pues su propia extensión y accesibilidad la ponen en contacto con el medio ambiente, el cual se encuentra repleto de toda clase de agentes nocivos. Sin embargo, la piel es un órgano protector debido a los siguientes factores:

  • Integridad. Dada por la cohesión de los corneocitos y la dureza de la queratina. Los orificios de los folículos pilosos y de las glándulas sudoríparas son puntos débiles. Si la piel se macera puede permitir la entrada de agentes nocivos.

  • Acidez. La epidermis tiene un pH de 5.6, lo cual está en relación directa con el manto ácido. Si se lava mucho la piel o ésta se inflama, el resultado es que se alcaliniza y facilita el desarrollo de bacterias, virus u hongos.

  • Bacterias comensales. La piel tiene una flora y una fauna normales, gérmenes que viven saprofíticamente en la piel y la defienden de la flora patógena. Entre dichos gérmenes, los más comunes son: S. epidermidis o S. albus, Bacillus subtilis, P. acnei y C. minutissum, hay también sarcinas, Pseudomonas y Proteus. Entre los hongos comensales están especies de cándida, criptococos, Malassezia furfur y Malassezia globosa, éstas de manera particular situadas en la piel cabelluda y zonas seborreicas del cuerpo. Demodex folliculorum es un ácaro que vive en los folículos pilosos.

  • Enzimas celulares. Son eliminadas por el sebo y el sudor, tienen propiedades antibacterianas.

  • Fagocitosis. Mecanismo inespecífico defensivo que poseen todos los tejidos.

La piel es capaz de recibir y procesar antígenos de muy diverso tipo mediante las células de Langerhans y los propios queratinocitos, capaces de producir interleucinas y estimular los mecanismos específicos de la inmunidad.

La piel es, por tal motivo y a la vez, una barrera y un órgano de choque. Esa barrera es susceptible a fallar y permitir la entrada de agentes patógenos cuando se alteran sus condiciones: lavado frecuente, alcalinización, destrucción de la flora normal por jabones y detergentes, maceración, humedad, traumatismos, inflamación, inmunodepresión (linfomas, SIDA, diabetes, corticosteroides y otros medicamentos inmunodepresores). Todos ellos son factores que facilitan la invasión de la piel por agentes microbianos, virales y parasitarios.

Si bien muchos de estos procesos se limitan a los tegumentos como el impétigo y la erisipela, hay otros que al ser sistémicos dan sus principales manifestaciones en la piel (como lepra, tuberculosis y sífilis), y en muchos casos las infecciones se comportan como oportunistas cuando las condiciones del huésped son propicias (como el desarrollo de herpes simple o zóster, o de candidiasis en casos de SIDA o diabetes). El fenómeno de oportunismo es cada vez más frecuente.

El presente capítulo se divide en dos grupos: las dermatosis bacterianas estrictamente cutáneas (piodermias, rinoescleroma, pústula maligna, tularemia y otras) y un segundo grupo donde se abordan las infecciones sistémicas con especial sintomatología ...

Pop-up div Successfully Displayed

This div only appears when the trigger link is hovered over. Otherwise it is hidden from view.