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INTRODUCCIÓN

El óxido nítrico (NO, nitric oxide) es una molécula señalizadora gaseosa generada por células específicas del cuerpo, y que se difunde fácilmente a través de las membranas celulares para regular una amplia gama de procesos fisiológicos y fisiopatológicos, incluso las funciones cardiovascular, inflamatoria y neuronal. El óxido nítrico no debe confundirse con el óxido nitroso (N2O), un gas anestésico, o con dióxido de nitrógeno (NO2), un gas tóxico que irrita los pulmones.

DESCUBRIMIENTO DEL ÓXIDO NÍTRICO GENERADO DE FORMA ENDÓGENA

La comprensión de que el NO es una molécula de señalización sintetizada de forma endógena provino de una serie de hallazgos, que comenzaron con el químico italiano Ascanio Sobrero, quien sintetizó la nitroglicerina en 1846 y descubrió que era inestable y explosiva. Sin embargo, al probar el químico, que no era una práctica inusual en ese momento, notó una fuerte cefalea, que pronto se comprendió que fue causada por la vasodilatación cerebral. Sobre la base de esta observación temprana, la nitroglicerina se utilizó para tratar la angina de pecho y la hipertensión durante 20 años.

Diversos estudios demostraron que las células humanas tienen la capacidad de detectar y responder a la nitroglicerina, así como a su metabolito, el NO. Sin embargo, la primera indicación de que el NO podía producirse en el organismo provino de estudios de macrófagos cultivados. El tratamiento de estas células con mediadores inflamatorios, como la endotoxina bacteriana, dio por resultado concentraciones aumentadas de nitrato y nitrito en los medios de cultivo, que son subproductos conocidos de la desintegración del NO. De modo similar, la inyección de endotoxina en animales aumentó el nitrito y el nitrato urinarios.

La segunda indicación provino de estudios de tejido vascular, el objetivo bien conocido de la nitroglicerina. Varias moléculas señalizadoras que ocurren de manera natural pueden aplicarse a los vasos sanguíneos, como las que causan vasorrelajación. Se encontró que estas moléculas, como la acetilcolina, actúan estimulando las células endoteliales que cubren el músculo liso de la pared del vaso, porque la eliminación de estas células endoteliales evita la vasodilatación inducida por acetilcolina (figura 7–5). En estudios subsiguientes se demostró que las células endoteliales muestran respuesta a vasorrelajantes al liberar un factor relajante derivado del endotelio (EDRF, endothelial-derived relaxing factor) soluble. Cuando el EDRF se difunde hacia el músculo vascular, causa vasorrelajación; estos hallazgos dieron pie a una búsqueda intensa de la identidad del EDRF.

Se sospechó que el NO era el EDRF porque ambos tienen efectos de vasorrelajación similares. La comparación sistemática de las propiedades bioquímicas y farmacológicas del EDRF y del NO proporcionó la evidencia inicial de que el NO es el principal componente bioactivo del EDRF. Estos hallazgos también dejaron claro que el NO aplicado de manera exógena, y los compuestos que pueden metabolizarse hacia NO (nitratos, nitritos, nitroprusiato; véase Hipertensión y regulación ...

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