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INTRODUCCIÓN

La muerte súbita de un deportista de alto rendimiento inevitablemente se volverá un tema de publicidad local, si no es que nacional. En cada ocasión el público y la comunidad médica se pregunta si dicho evento pudo haberse prevenido mediante un estudio más completo o cuidadoso. Aunque cada evento constituye una tragedia, debe saberse que en Estados Unidos cada año hay casi 5 millones de deportistas competitivos en la educación media superior o superior. Se desconoce el número de muertes de causa cardiaca durante participaciones deportivas, pero se estima que en la educación media superior varía de 1/100 000 a 1/300 000 participantes. Las tasas de defunción entre deportistas maduros se incrementan conforme aumenta la prevalencia de arteriopatía coronaria. Estas cifras resaltan el problema sobre cómo realizar una mejor detección en participantes individuales. Aunque pruebas relativamente poco costosas, como el electrocardiograma, podrían generar un enorme costo si se requiriera que todos los deportistas fueran sometidos a detección, es probable que solo se detectaran unos cuantos casos de individuos en riesgo. La ecocardiografía, ya sea como prueba sistemática o como revisión de vigilancia para un electrocardiograma normal podría ser excesivamente costoso excepto para deportistas profesionales. Así, el método más factible es realizar una anamnesis cuidadosa y una buena exploración física por personal con conocimiento de las enfermedades que causan la mayor parte de muertes súbitas en deportistas a nivel competitivo.

Es importante señalar que la muerte súbita es mucho más común en personas de edad avanzada que en deportistas jóvenes. Los deportistas de edad avanzada por lo general buscan recomendaciones médicas antes de iniciar su participación deportiva. Estos individuos deben reconocer que el ejercicio extenuante se asocia con incremento en el riesgo de muerte súbita y que el entrenamiento apropiado reduce sustancialmente el riesgo. La detección del riesgo de muerte súbita antes de la participación en eventos deportivos en individuos mayores es un tema complejo y se dirige en gran medida a la identificación de isquemia inducible por enfermedad coronaria significativa.

En una serie de 158 defunciones en deportistas en Estados Unidos entre 1985 y 1995, las enfermedades más frecuentes incluyeron la miocardiopatía hipertrófica (36%) y anomalías coronarias (19%). En otro 10% se encontró hipertrofia de ventrículo izquierdo, rotura aórtica en 6% de los casos (presumiblemente por síndrome de Marfan o necrosis quística de la capa media), miocardiopatía dilatada o miocarditis en 6%, estenosis aórtica en 4% y displasia arritmógena de ventrículo derecho en 3%. Además, puede ocurrir conmoción cardiaca, o muerte súbita por lesión miocárdica directa. Más a menudo, en niños pueden ocurrir taquicardia o fibrilación ventriculares incluso después de traumatismos directos menores al corazón, lo cual se cree que se debe al desencadenamiento de una extrasístole ventricular justo antes del punto máximo de la onda T en el electrocardiograma.

Una anamnesis meticulosa sobre los antecedentes heredofamiliares y personales y la exploración cardiovascular identificarán a la mayoría de los individuos en ...

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