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INTRODUCCIÓN

Las células B realizan dos funciones importantes: 1) se diferencian en células plasmáticas que producen anticuerpos y 2) se diferencian en células de memoria de larga duración que responden de manera sólida y rápida a la reinfección.

Los anticuerpos son la principal defensa utilizada por el sistema inmunitario para prevenir infecciones porque, al unirse a las superficies de los microbios, pueden impedir que se adhieran a las células objetivo o colaborar con los mecanismos de destrucción innatos. Los anticuerpos también tienen la facultad de inhibir toxinas como las producidas por el tétanos y la difteria. Las vacunas funcionan parcialmente generando anticuerpos protectores o neutralizantes.

Los avances en biología celular han permitido la generación de grandes cantidades de anticuerpos monoclonales manipulados. La capacidad de estos anticuerpos para vincularse con fuerza a un antígeno específico con una unión de "reacción cruzada" muy limitada de otros antígenos es la base de muchas pruebas de diagnóstico comunes y una variedad cada vez mayor de tratamientos para diversas enfermedades (véase Anticuerpos monoclonales, más adelante).

MADURACIÓN DE LAS CÉLULAS B

Como se describe en Origen de las células linfoides, en el capítulo 59, las células B provienen de células madre denominadas progenitores linfoides comunes, que dan lugar a todos los linfocitos. Cada célula B madura representa una clona, un grupo de células que surgen de un precursor, todas las cuales tienen los mismos reordenamientos de cadena pesada y cadena ligera para formar el mismo receptor de las células B (BRC, B-cell receptor). Debido a que el BCR (y los anticuerpos secretados) de la clona y su progenie cuentan con igual especificidad antigénica, estos anticuerpos se denominan monoclonales. La figura 61–1 muestra una descripción general de las fases de maduración de las células B.

FIGURA 61–1.

Maduración de las células B. Las células B surgen de las células madre progenitoras linfoides y se diferencian en células pre-B que expresan cadenas pesadas μ en el citoplasma y luego en células B maduras que expresan monómeros de IgM en la superficie; esto ocurre independientemente del antígeno. La activación de las células B, el cambio de clase y la diferenciación en células B de memoria y células plasmáticas se produce tras la exposición al antígeno (estrella roja) y se refuerza con la ayuda de las células T. μ, cadenas pesadas mu en el citoplasma; IgM, inmunoglobulina M; IgG, inmunoglobulina G; Y, IgM (azul) o IgG (púrpura). (Adaptada de Stites DP, Terr A: Basic & Clinical Immunology, 7th ed. New York, NY: McGraw Hill; 1991).

ACTIVACIÓN DE LAS CÉLULAS B

Las células B constituyen alrededor de 30% de los linfocitos circulantes. En los ganglios linfáticos, se ubican en los folículos; en el bazo, ...

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