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INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA
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Las lesiones de la columna cervical comprenden cerca de 1.8% de todos los traumatismos cerrados en niños;1,2 su incidencia es menor que en adultos (2.4%), pero en los pequeños las tasas de mortalidad son mayores (7.4%), en comparación con los adultos (1.2%).3,4,5,6 En niños menores de ocho años, casi tres cuartas partes de las lesiones espinales ocurren en la columna cervical,7 y tres cuartas partes de las lesiones espinales cervicales afectan la región axial (del occipucio a C2).3 Es más probable que los niños con lesiones en la columna cervical tengan déficits neurológicos acompañantes y lesiones craneoencefálicas, y otras de órganos importantes.3,8 Además, en los niños puede observarse la lesión de médula espinal sin anormalidades radiográficas (SCIWORA, spinal cord injury without radiographic abnormality), que típicamente abarca la columna cervical. La incidencia de esta afectación patológica en niños con traumatismos varía de 0.15% a 0.2%, y comprende entre 4.5% a 35% de todas las lesiones raquídeas en menores.3,9,10,11 El mecanismo más frecuente de lesiones de la columna cervical son las colisiones en vehículos motorizados; por frecuencia le siguen las caídas y, en los adolescentes, lesiones por buceo y deportes.3 En varones la frecuencia es mayor que en mujeres. El maltrato infantil causa a veces lesiones de la columna cervical en niños de menor edad, por sacudidas, aunque es una manifestación rara del traumatismo no accidental.12 Las lesiones espinales y de la médula espinal fuera de la columna cervical se describen en el capítulo 110, “Traumatismo en población pediátrica.”
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Diversas diferencias anatómicas entre la columna cervical de los niños y los adultos predisponen a los primeros a diferentes perfiles de lesión (cuadro 112–1). En términos generales, la proporción relativamente mayor de la cabeza con el cuerpo en los niños de muy corta edad genera un punto de apoyo (fulcro) a nivel de la segunda y tercera vértebras cervicales (en comparación con la quinta y la sexta vértebras en adultos), lo cual explica las cifras mayores de daño de la columna cervical por arriba de C3 en niños. La combinación de músculos y ligamentos débiles con carillas cuneiformes y superficiales que conectan las vértebras cervicales y los centros de crecimiento inmaduros, permiten el deslizamiento más fácil de las vértebras en sentido anteroposterior que en los adultos.
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Los niños menores de ocho años de vida pueden presentar ...